
Nana y el árbol que tenía sed
Una fábula en formato fotorrelato sobre el valor del agua y el impacto del cambio climático en una aldea de Senegal, publicada por la Fundación Musol. Ayudará a pequeños y mayores a entender cómo cualquier aportación individual importa para proteger la Naturaleza. El 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua


–¡Estás muy guapa, mamá!
– ¡Tú también, Nana, te veo muy elegante! Y lo mejor es que hoy vamos ligeras, sin cargar con cubos, ni botellas, ni baldes.
–¡Es verdad!
–¿Recuerdas cómo solíamos ir antes, hija?
–Sí, recuerdo un día en especial...




–El clima está cambiando, Nana: las temperaturas son más altas y los árboles, que son seres vivos, se adaptan mojando sus hojas para evitar quemarse.
–¡Claro! Como las personas, que a veces también sudamos.
–Sí, es una reacción de nuestro cuerpo cuando sentimos mucho calor, así nos refrescamos.







–¡Nana, no entiendo cómo pierdes tanta agua! –protestaba mamá.
–El agua es un tesoro, hija –me repetía.

Hoy todo es distinto. Hay una fiesta en nuestra aldea. Celebramos la construcción de dos pozos.
– ¡Estás muy guapa, mamá!
– ¡Tú también, Nana, te veo muy elegante.



