24 fotosTendenciasVidas teletrabajadasDel despacho improvisado en la cocina a las jornadas sin fin y de la flexibilidad horaria al pijama. Nos colamos en doce hogares para conocer cómo se han adaptado a una nueva realidad laboral que ha venido para quedarse.El País Semanal18 oct 2020 - 00:26CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceRoger P. Gironés, 40 años, diseñador industrial.Las relaciones afectivas a distancia son muy diferentes a las presenciales. Haciendo zooms somos eficaces, pero nos falta lo que generamos al compartir el espacio con otras personas: ideas, empatía, cariño… Aun así, creo que mejora los resultados laborales.Albert BonsfillsRoger P. Gironés, 40 años, diseñador industrial.Albert BonsfillsLorena Lanza, 29 años, especialista en educación musical y profesora de chelo. Impartir clases de música online no permite disfrutar y desarrollar tanto la parte emocional, que es clave a la hora de conectar con la interpretación. Albert Rius, 32 años, gestor personal remoto en banca. La experiencia ha sido enriquecedora porque me ha permitido tomar conciencia de la cantidad de tiempo improductivo a lo largo del día. La falta de costumbre y el hecho de tener las herramientas de trabajo en mis espacios personales provocaron que en muchas ocasiones me resultara difícil terminar mi jornada laboral a la hora habitual.Albert BonsfillsLorena Lanza, 29 años, especialista en educación musical y profesora de chelo y Albert Rius, 32 años, gestor personal remoto en banca.Albert BonsfillsDominique Guillemin, 46 años, travel manager. En lo profesional, el teletrabajo ha resultado ser más productivo. Por ejemplo, antes de enviar una convocatoria de reunión, la gente piensa dos veces si realmente ese encuentro es necesario o no. En lo personal, al vivir en un piso muy pequeño, no tengo la posibilidad de habilitar un espacio específico para mi oficio, así que no tengo ni mesa ni silla en condiciones, y ya siento las consecuencias físicas, como los dolores de espalda y la vista cansada. Mi conclusión: ¡sí al teletrabajo! Pero en buenas condiciones.Albert BonsfillsDominique Guillemin, 46 años, travel manager.Albert BonsfillsJuan González del Cerro, 33 años, fotógrafo y profesor.Lo que me gusta de la enseñanza es el vínculo con el otro, y echo de menos esta parte trabajando desde casa. Prefiero 100% las clases presenciales, pero acepto el cambio. Es un claro ejemplo de cómo uno, con el tiempo, se acostumbra a todas las cosas.Albert BonsfillsJuan González del Cerro, 33 años, fotógrafo y profesor.Albert BonsfillsCarol París, 38 años, editora.Incluso el café sabe distinto. El teletrabajo no me ha supuesto un cambio radical en mis tareas, pero sí que ha implicado una manera distinta de desempeñarlas. Requiere una mayor concentración y comprensión de mi lugar en el mundo y ha supuesto trabajar a todas horas (por decisión propia), pero bienvenidas sean si eso significa evitar las estresantes e inútiles horas punta en el tráfico de la ciudad. Daniel Rissech, 37 años, guionista y docente universitario. Puede resultar agobiante que tu espacio personal sea el mismo que el del trabajo individual y, además, también el de las reuniones de equipo, con tus jefes o compañeros. La sensación de pérdida de intimidad es inevitable.Albert BonsfillsCarol París, 38 años, editora y Daniel Rissech, 37 años, guionista y docente universitario.Albert BonsfillsIria Ríos, 42 años, gestora procesal de la administración de justicia. La nueva situación ha trastocado por completo mis rutinas. Lo bueno es que me permite flexibilizar horarios, y el tiempo que ahorro en desplazamientos puedo dedicárselo a mis mellizas. Lo peor es tener que habilitar para ello un rincón de nuestro hogar, el esfuerzo extra que debo hacer para aislarme y concentrarme, y la disminución del contacto con otras personas y realidades.Albert BonsfillsIria Ríos, 42 años, gestora procesal de la administración de justicia.Albert BonsfillsBenjamín Rodríguez, 55 años, emprendedor en Internet. No concibo el trabajo tradicional de 40 horas semanales calentando la silla por una norma anticuada con horarios estrictos. Me gusta el teletrabajo, adaptar el tiempo a labores específicas. Dicho de otro modo: trabajar por proyectos, o tareas muy concretas, y objetivos.Albert BonsfillsBenjamín Rodríguez, 55 años, emprendedor en Internet. Albert BonsfillsMartina Orlando, 32 años, teleoperadora. Vivo con tensión y ganas de que el día se acabe. Lo único que aprecio del teletrabajo es la sensación de confianza que mi entorno me transmite (los gatos, la comida…). Eso me permite sentirme más cómoda, mejorando así las tareas.Albert BonsfillsMartina Orlando, 32 años, teleoperadora. Albert BonsfillsIngrid Rosiau, 33 años, relaciones públicas.Nunca había tenido tanta libertad y flexibilidad. Creo que el teletrabajo ha sido uno de los puntos positivos de la pandemia. Hasta ahora, era algo que había solicitado aunque fuese por un día, pero para mis jefes era totalmente inviable. En cierto modo, ha sido un sueño cumplido: trabajar desde donde quiera.Albert BonsfillsIngrid Rosiau, 33 años, relaciones públicas.Albert BonsfillsNúria López, 41 años, directora de arte e ilustradora.Para mi ha sido una oportunidad para conocerme un poco mejor a mi misma,. Crear una rutina de trabajo en mi propia casa ha sido complicado: el primer mes lo pasé hasta bien, soy de disfrutar de las novedades y fue una buena experiencia, pero al tercer mes, en cambio, me subía por las paredes así que tuve que pedirle a mis jefas si podía volver a la oficina para oxigenarme.Albert BonsfillsNúria López, 41 años, directora de arte e ilustradora.Albert BonsfillsÁxel Ruis, 44 años, agente de viajes y manager de coworking.Al fin y al cabo lo único que necesito es un buen wifi y una atmósfera tranquila. Así me siento más cómodo, más libre. Estoy muy bien en casa pero no es el lugar donde soy más productivo: me gusta más salir para evitar distracciones.Albert BonsfillsÁxel Ruis, 44 años, agente de viajes y manager de coworking.Albert BonsfillsMiriam, 38 años, office manager.Se da por hecho la posibilidad de conciliar teletrabajando y eso con niños pequeños es una falacia, por lo que implica una falta de empatía total por parte de los jefes. Otros puntos negativos son la falta de socialización y a veces exclusión de la vida fuera del hogar, la imposibilidad de desconexión y la pérdida de salario en base a que la empresa no se ha hecho cargo de la parte proporcional de los suministros utilizados al trabajar 8 horas desde casa.Albert BonsfillsMiriam, 38 años, office manager.Albert Bonsfills