Con una ‘tablet’ no es suficiente
El profesorado tiene que saber usar la tecnología y ponerla al servicio de su modelo pedagógico
Esther Martínez es profesora de Primaria en el Colegio Público San Andrés de Colmenar Viejo (Madrid) Este curso ha preparado unas actividades interactivas debido a las nuevas exigencias del coronavirus: un mural digital, una presentación o un vídeo que grabarán los niños en sus casas con cinco cosas que les representen para presentarse después a sus compañeros.
Martínez ha usado sus competencias digitales para adaptarse a la nueva realidad. También lo ha hecho en el confinamiento. "En ese momento han funcionado muy bien", recuerda. Su preocupación por estos temas le llevó a estudiar hace dos años el Máster Nuevas Perspectivas de la Educación Personalizada en la Sociedad Digital en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). "La única forma de llamar la atención de los niños es con la tecnología", afirma.
Los cambios provocados en la educación por la pandemia, sobre todo en los meses del confinamiento con las clases virtuales, "han supuesto una tremenda oportunidad para avanzar a pasos agigantados en este tema", sostiene Rubén González, vicerrector de ordenación académica y profesorado de UNIR. "No hemos tenido más remedio que adquirir estas competencias digitales'', añade. En su opinión, nos adentramos en una segunda fase con un sistema mixto, presencial y virtual, que obliga a cambiar el modelo pedagógico. La pregunta que surge ahora es: "¿Qué hago para conseguir que mis docentes adquieran las competencias digitales suficientes y que mis alumnos aprendan?". Para González, la respuesta pasa por la formación. "Necesitas enseñar a los profesores a elaborar contenidos que sean atractivos, a enganchar a los alumnos en un corto espacio de tiempo y hacer más atractiva su docencia".
Formar futuros maestros que sepan aplicar la tecnología en sus clases es lo que buscan en la hiperaula de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). A ella acuden desde mayo de 2019 estudiantes de los diferentes grados de la Facultad de Educación, del Máster de Formación del Profesorado y del doctorado. No se trata de enseñar a "saber usar la última aplicación", explica Alba Torrego, profesora de competencias digitales en este espacio, "sino de que los estudiantes reflexionen sobre cómo va a afectar a su docencia, cómo va a ayudarles a desarrollar su proyecto pedagógico".
Se enseña algo más que una capacitación instrumental de cómo usar un recurso que será sustituido por otro con rapidez. ·"El profesor debe estar capacitado para poder elegir cuál es la tecnología que mejor le ayudará a desarrollar su modelo pedagógico", comenta.
Emma Domínguez, estudiante de tercero de Magisterio, pasó el curso pasado por la hiperaula. En su opinión, este espacio "te permite exponer el contenido de una forma más visual, romper barreras y se adapta mejor a la diversidad de los alumnos". Pensando en su futuro como docente, cree que sus competencias digitales le ayudarán a encontrar "una metodología que cumpla con mi objetivo, que tiene ver con la inclusión".
Aprender la docencia digital
La aplicación práctica de las competencias digitales y su uso pedagógico es precisamente el fin que persiguen los estudios de posgrado en competencia digital docente que ofrece la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Su director, Joaquín Gairín, destaca el carácter práctico de unas enseñanzas "que pretenden ser muy aplicables", de manera que puedan ponerse en marcha "al día siguiente en el aula con un producto" vinculado al uso pedagógico de estas herramientas.
La necesidad de dominar estas competencias es en estos momentos "algo que ya no es opcional", señala Cristina Mercader, profesora en la Facultad de Educación de la Autónoma de Barcelona. La crisis del coronavirus ha traído un cambio radical en la percepción de estas habilidades. "No es un tema solo relacionado con la educación. Todos se han dado cuenta de que si no tienen las mínimas competencias no pueden trabajar. Es ya una necesidad laboral", advierte.
La adquisición de estas habilidades puede hacerse a través de la autoformación. Es lo que viene haciendo desde hace años Bernardo Munuera, profesor de Lengua en el IES Sierra de Segura, en la localidad jiennense de Beas de Segura. "Tengo un blog hace años y la tecnología es algo que siempre me ha gustado. Es tener ganas", cuenta. Durante el confinamiento "se puso al día" para subir contenidos a sus estudiantes en la plataforma Moodle y en el portal Séneca de la Junta de Andalucía, y lo complementó con vídeos que grababa y subía a YouTube.
La falta de formación en competencias digitales fue un problema que afectó a la enseñanza para adultos, y esto se vio en la provincia de Córdoba en el confinamiento. Su coordinador, Sergio Munuera, reconoce que "el Covid-19 demostró que no estábamos preparados". Incluso antes de que se declarara el estado de alarma se produjo una "desconexión total", sobre todo con los estudiantes mayores. La experiencia les ha servido para estar preparados este curso. Han aumentado los recursos y la formación.
La pandemia impulsa un marco común en España
Ha habido que esperar a una pandemia para que el sector educativo español, a través de la Conferencia Sectorial, se ponga de acuerdo y apruebe un marco de referencia común para impulsar la competencia digital docente. Los cambios provocados por el Covid-19 han subrayado la importancia que en la escuela tiene la adquisición de estas capacidades.
El texto recoge cinco áreas de actuación con sus respectivas competencias. El objetivo es que los profesores las mejoren y las trasladen a los alumnos para su adquisición. Son información y alfabetización informacional (saber buscar fuentes fidedignas en la red), comunicación y colaboración, creación de contenidos digitales, seguridad y resolución de problemas.
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