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Auge, caída y ¿renacimiento? de la BlackBerry

Después de años fuera del negocio de la telefonía móvil, la marca que causó furor a principios del siglo XXI regresa con un nuevo móvil con el que esperan no repetir los errores cometidos en el pasado

En apenas una década, la que transcurrió entre los años 2003 y 2013, los usuarios de BlackBerry pasaron del medio millón inicial a casi rozar los 80 millones.
En apenas una década, la que transcurrió entre los años 2003 y 2013, los usuarios de BlackBerry pasaron del medio millón inicial a casi rozar los 80 millones.Montaje: Blanca López-Solorzano

2020 está dando mucho de sí. Más allá de la pandemia de la covid-19, este año será recordado por los vídeos de ovnis desclasificados por el Pentágono, por la devastadora explosión del puerto del Líbano, el anuncio de la marcha de Leonel Messi del Fútbol Club Barcelona y el regreso de la BlackBerry.

La conocida marca de teléfonos móviles, que vivió su momento de esplendor en 2013, cesó sus actividades en 2016 después de varios años perdiendo usuarios en beneficio de marcas como Apple, Huawei, Samsung o Sony Ericsson. Transcurridos cuatro años desde esa decisión, la web de la marca anunció hace unos días el lanzamiento de un nuevo terminal que no será fabricado por la compañía original sino por la empresa Tejana OnwardMobility, después de adquirir la preceptiva licencia.

"BlackBerry era una marca ‘chic”, recuerda Alberto Ballestín. “Los ejecutivos, los famosos, los políticos... Era un teléfono con la proyección de imagen del iPhone en su punto álgido, con el añadido de que tenía algo que el resto no: era el teléfono para los que tenían algo que comunicar"

Fundada en 1996, el primer modelo de BlackBerry que se lanzó al mercado fue el 850. Se trataba de un dispositivo equipado con un teclado completo cuyo concepto estaba a medio camino entre las PDA popularizadas por la compañía Palm y los teléfonos inteligentes. Aunque no era ni una cosa ni la otra, su aparición en 1999 supuso toda una revolución en el mundo de la comunicación inalámbrica, especialmente por su sistema de mensajería. Cuando en 2003 la compañía lanzó el primer modelo que, además de mandar mensajes, permitía llamar por teléfono, la popularidad de BlackBerry se disparó. “Aunque los móviles con teclado QWERTY ya existían, hasta entonces ninguno había hecho de la comunicación por texto el corazón del sistema operativo, su entorno gráfico y el propio diseño del dispositivo. También ayudó enormemente que BlackBerry Messenger permitiera sortear la tarificación habitual de los SMS y ofreciera opciones de comunicación segura; fue WhatsApp antes de WhatsApp”, explica Alberto Ballestín, redactor especializado en tecnología y videojuegos desde hace veinte años.

Barack Obama tras recuperar la Blackberry que se había olvidado en la Casa Blanca antes de volar a Las Vegas en 2014.
Barack Obama tras recuperar la Blackberry que se había olvidado en la Casa Blanca antes de volar a Las Vegas en 2014.Foto: Getty

En apenas una década, la que transcurrió entre los años 2003 y 2013, los usuarios de BlackBerry pasaron del medio millón inicial a casi rozar los 80 millones. Un logro que se debió, no solo a la evolución y mejora de sus dispositivos, sino a una buena estrategia de comunicación. Además de firmar acuerdos con las principales operadoras de telefonía para regalar o financiar sus dispositivos a los nuevos clientes, BlackBerry tuvo los mejores prescriptores del momento. Celebrities, políticos y empresarios que abarcaban desde Kim y Khloe Kardashian a Christina Aguilera, sin olvidar a Justin Timberlake, Katy Perry, Anna Wintour, Angela Merker y, por encima de todos ellos, a Barak Obama. “BlackBerry tuvo algo que ya no se puede encontrar, y es que era una marca ‘chic’”, recuerda Ballestín. “Los ejecutivos, los famosos, los políticos... Era un teléfono con la proyección de imagen del iPhone en su punto álgido, con el añadido de que tenía algo que el resto no: era el teléfono para los que tenían algo que comunicar. Si el iPhone era el teléfono de la gente que quería presumir, las BlackBerries eran el teléfono de ‘los que hacían cosas’, de ‘los doers’”.

Durante la campaña electoral de 2008, Barack Obama no se separó de su BlackBerry. El candidato demócrata parecía ser consciente de que el dispositivo le aportaba esos atributos de persona organizada con cosas que decir, hasta el punto que el teléfono se convirtió en un elemento tan icónico como el lema Yes We Can! o el cartel de Hope

Durante la campaña electoral de 2008, Barack Obama no se separó de su BlackBerry. El candidato demócrata parecía ser consciente de que el dispositivo le aportaba esos atributos de persona responsable, organizada, con cosas que decir, hasta el punto que el teléfono se convirtió en un elemento tan icónico como el lema Yes We Can! o el cartel de Hope diseñado por Shepard Fairey. Sin embargo, cuando Obama asumió como presidente, todo cambió. De afirmar que para dejar su BlackBerry tendrían que “arrancársela de las manos” pasó a aceptar resignado que su cargo le impedía tener un teléfono inteligente que pudiera tomar fotos, reproducir música o recibir mensajes. A cambio se le proporcionó un dispositivo tan sencillo que, durante una entrevista en el Tonight Show de Jimmy Fallon, Obama llegó a calificarlo como “uno de esos teléfonos de juguete que le das a un niño de tres años”. Cuando abandonó el cargo en 2017 y pudo de nuevo elegir qué teléfono utilizar, Obama se decantó por un iPhone porque, para entonces, BlackBerry había abandonado el negocio de los móviles.

Kim Kardashian con su inseparable Blackberry en Los Ángeles en 2008.
Kim Kardashian con su inseparable Blackberry en Los Ángeles en 2008.Foto: Getty

“Sin duda, mantener el teclado físico le pasó factura. Aunque los primeros teclados virtuales eran lentos y farragosos, rápidamente ganaron en velocidad y facilidad de uso gracias al texto predictivo y la entrada por gestos. También se dio una circunstancia que después se repitió en varias ocasiones: no hay espacio para una tercera plataforma móvil. Con Apple fuera de sí y Android subiendo como la espuma gracias al apoyo de Google, BlackBerry fue perdiendo cuota de mercado más y más rápidamente”, explica Alberto Ballestín que también señala como razón para esa pérdida de popularidad las innovaciones incorporadas por el iPhone. “La facilidad de uso del iPhone chocaba mucho con BlackBerry OS, que se había quedado en sus planteamientos más cerca de Symbian o Windows Mobile que de un sistema operativo moderno, rápido y eficiente en su manejo. BlackBerry ganó todo lo que ganó por su mensajería, pero perdió todo lo que tuvo en gran parte por un soporte de aplicaciones y un sistema operativo muy inferior y progresivamente anquilosado”.

Decididos a no repetir los errores cometidos en el pasado, los responsables de OnwardMobility han anunciado que la nueva BlackBerry tendrá como sistema operativo Android -como ya sucedía en algunos de los últimos modelos de 2015 y 2016-, y conectividad 5G. Sin embargo, han vuelto a apostar por el teclado QWERTY que, si bien es un rasgo distintivo de la BlackBerry clásica, ocupa una cuarta parte del dispositivo y, en consecuencia, reduce el tamaño de la pantalla. “Es pura nostalgia. Ha habido varios conatos de rescatar los teclados físicos y ninguno particularmente exitoso”, explica Ballestín. “Son algo muy minoritario y que aporta muy poco valor a un teléfono móvil, especialmente ahora que priman las pantallas de gran tamaño. Tal vez encuentre cierta acogida entre algunos puristas, pero no cabe duda de que se trata de un producto de nicho más que generalista”.

Tal y como apuntan los expertos, en el relanzamiento de la BlackBerry hay un fuerte componente nostálgico que habrá que ver hasta qué punto resulta reclamo suficiente para el éxito del dispositivo. En ese sentido, aún está reciente el lanzamiento en 2017 del Nokia 3310, el icónico modelo de la compañía finlandesa que, a pesar de su rediseño y la actualización de aplicaciones como el juego Skane, no ha tenido la repercusión que el original porque su modelo de teléfono pertenece a otra época. Tal vez OnwardMobility debería haber tenido ese ejemplo en mente antes de anunciar su lanzamiento pero, como todo en la vida, nadie escarmienta en cabeza ajena.

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