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Por Equipo de Comunicación
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Daniele Grasso: “No hay nada más fácil que equivocarse con los datos”

El periodista de EL PAÍS desgrana su trabajo junto al resto del equipo de la unidad de Nuevas Narrativas durante la pandemia

El periodista Daniele Grasso ha trabajado toda la pandemia junto a Kiko Llaneras y Borja Andrino, integrantes del equipo de Datos de EL PAÍS, para explicar la expansión del coronavirus y sus consecuencias. La tarea no ha sido nada fácil debido a la falta de información, las diferentes metodologías y cambios de criterios de las administraciones a la hora de suministrar la materia prima con la que trabajan. Grasso ha explicado estas dificultades y otras cuestiones a los suscriptores de EL PAÍS en un encuentro virtual enmarcado dentro del programa de experiencias exclusivas EL PAÍS+. El periodista del diario Javier Marmisa moderó este encuentro en el que los lectores pudieron preguntar sus dudas al redactor. 

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El equipo de datos se integra dentro de un departamento mayor denominado Narrativas Visuales que coordina Mariano Zafra. Se trata de un grupo multidisciplinar compuesto por un ingeniero, un científico de datos y dos desarrolladores, entre otros perfiles. Este tipo de periodismo requiere de expertos en el manejo de grandes cantidades de información, como Grasso, pero también de herramientas que faciliten su visualización, de ahí la variedad de los profesionales. "Es muy importante tener tres pares de ojos para comprobar que los datos están bien, cambiar una coma de sitio supone que en vez de miles hables de millones", advirtió el periodista sobre la facilidad del error en este campo. También sobre la manipulación, pues frente a la tendencia a asociar los datos a la veracidad, Grasso considera que "justo lo que está hecho con datos, es muy fácil de manipular y hacer que parezca otra cosa".

Durante algunos años el periodismo de datos y las nuevas narrativas se exprimieron de una manera poco eficaz. Por un lado, se circunscribían en exclusiva a las elecciones; por otro, se excedían los recursos de presentación de la información y eso ocasionaba que el lector se perdiera entre tanta interactividad. El experto señaló que estas malas prácticas son, por suerte, cada vez menos comunes y que hay que recordar que lo que prima es la historia tras los datos y que estos sean comprensibles para los lectores. Los ámbitos de uso de este tipo de periodismo son cada vez más amplios y se ha descubierto muy útil para analizar fenómenos sociales, como patrones demográficos o desigualdades.

Durante la crisis sanitaria de la covid-19 la cantidad de información fue abrumadora. Grasso lamenta la mala gestión de los datos realizada por parte del Ministerio de Sanidad a este respecto. "En España pasa muchísimo que cualquier tema que quieras hacer, de sanidad o educación, hay 17 fuentes de datos -en referencia a las Comunidades Autónomas- y no es la dificultad de tiempo que te lleva, es que tu piensas que estás comparando dos cosas iguales, pero en realidad la metodología que usan es diferente y estás comparando peras con manzanas; no te das cuenta hasta muy tarde".

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