Seis paradores muy especiales para festejar una reapertura
La red de Paradores vuelve a poner en marcha sus 98 establecimientos el próximo 25 de junio. Aquí van seis de los más recomendables.
Tras el cierre impuesto por la cuarentena de la covid-19 —sin duda, la circunstancia más extraña en sus 90 años de historia—, la dirección de Paradores de Turismo anunció hace unos días que todos sus establecimientos abrirían de nuevo las puertas el 25 de junio. Una buena excusa para poner en práctica eso de que este año el turismo va a ser nacional.
Durante esos 90 años, la empresa pública ha rehabilitado palacios, castillos, monasterios y conventos que han servido no solo para crear una red de alojamientos de calidad sino también para salvar de la ruina a buena parte de un patrimonio histórico que sin uso alguno, habría desaparecido.
Aquí van seis paradores muy singulares, cada uno por razones propias, para organizar una ruta veraniega durmiendo en lugares únicos.
1. Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil
Tras muchos años de abandono, el viejo monasterio de San Esteban, uno de los muchos recintos religiosos de este valle del Sil, rico en tradición eremita, fue rehabilitado para convertirse en uno de los paradores icónicos de la red. La envoltura es un enorme edificio de origen románico, con tres claustros, pero por dentro es ahora un hotel del siglo XXI, con una decoración y servicios de lo más moderno. Su remota ubicación no auguraba muchos éxitos, pero para sorpresa de todos tiene colocado el cartel de completo casi todo el año. Buena parte de su éxito es la belleza del paisaje aterrazado de la Ribeira Sacra, en Orense, una de las joyas ocultas de Galicia.
Fue el último parador que se construyó en Canarias y también el que requirió mayor esfuerzo. El lugar elegido, una playa de negros guijarros al pie de uno de los acantilados volcánicos más altos y verticales de la isla, el Risco de los Herreños, era inaccesible y hubo que construir una carretera y un túnel en 1976 para llegar a él. La cala solitaria en la que se asienta y la tremenda belleza del lugar lo hacen perfecto para unos días de descanso alejado del mundanal mundo. Sus balcones miran al Atlántico desde primera línea de playa. Cuenta con un exuberante jardín y una gran piscina. En más de una ocasión ha tenido que ser desalojado porque las tormentas lanzaban las olas contra su fachada.
3. Hostal de los Reyes Católicos
El emblemático edificio que cierra la plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela por su lado norte lleva más de cinco siglos cumpliendo la misma función: acoger peregrinos. El antiguo Hospital Real de Santiago fue construido entre 1501 y 1511 por expreso deseo de los Reyes Católicos para acoger a los caminantes que llegaban a Compostela. Hoy es uno de los pocos paradores cinco estrellas Gran Lujo de la red y permite dormir en un trozo de la historia de España. Lástima que por dentro esté necesitado de una buena renovación porque las habitaciones y la decoración han quedado ya un tanto obsoletas. Hay aprobado un plan rector para su rehabilitación integral.
Otro trocito de la historia de España reconvertido en alojamiento. Cuando cae la Granada nazarita, en 1492, los Reyes Católicos donan un palacio musulmán dentro de la Alhambra a los monjes franciscanos para que levanten un convento. Sobre los restos de este se levantó este parador único, que aún conservan elementos del viejo palacio nazarita y que permite el sueño de pasar una noche en el interior del recinto de la Alhambra. Los Reyes Católicos estuvieron enterrados en este edificio hasta que se construyó su panteón definitivo en la catedral de Granada.
Desde su magnífico emplazamiento, pegado al castillo de Lorca (Murcia) que durante siglos controló el paso entre Andalucía y Levante por el valle del Guadaletín, este parador es también de nueva construcción. Un edificio contemporáneo que sin embargo se integra a la perfección en el conjunto arqueológico que lo rodea. Todo el recinto está protegido por un lienzo de murallas en el que también se han puesto en valor los hallazgos arqueológicos aparecidos en 2003, durante los trabajos de excavación y construcción del parador, en los que vieron la luz después de siglos la judería y la sinagoga de la Lorca medieval. Otro espacio más dentro de la red de Paradores de incalculable valor que reúne excavaciones arqueológicas, restos medievales y un establecimiento hotelero del siglo XXI.
Y para terminar la lista, el último de la lista (el número 98 de la red): el nuevo parador de la Costa da Morte, en Muxía (A Coruña). Un proyecto dentro del Plan Galicia aprobado en 2003 tras el hundimiento del Prestige. Su inauguración ha sido una eterna espera, iba a abrir sus puertas el 4 de abril de 2020 tras 17 años de proyecto y obras, pero llegó la covid-19 y se tuvo que posponer de nuevo. Se trata de un edificio de nueva planta e inversión millonaria al borde del Atlántico que luce una arquitectura contemporánea perfectamente integrada en el paisaje natural mediante laderas de varios niveles cubiertas de verde y espectaculares vistas. Se ubica a media hora del faro del Cabo Fisterra, el Finis térrae, el fin del mundo conocido de la era clásica. Un entorno natural de gran belleza con increíbles vistas a los acantilados y playas de esta costa, tan vinculado a la historia de la navegación.
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