‘Lo que la verdad esconde’ | La nueva normalidad a la vista y los padres seguimos perdidos, con mil dudas
Doce semanas de confinamiento infantil y todavía quedan muchas incógnitas por resolver sobre lo que acarreará para los niños la nueva realidad
En el fantástico programa infantil Info-K llevan semanas explicando el coronavirus y el confinamiento mediante ruedas de prensa con preguntas de los niños a autoridades y especialistas. Visto el éxito del programa y vista la realidad en las calles, iría bien un “Coronavirus para dummies” porque la gente está hecha un lío… o se hace la tonta.
La solvencia, claridad y tranquilidad comunicadora de Fernando Simón son ejemplares, pero la suya no es la única voz que escuchamos estos meses. Entre los expertos, los tertulianos profesionales y las divagaciones en redes sociales hay más voces gritando a la vez que en una manifestación con megáfonos malos. Es de sabios rectificar y adaptarse a las nuevas informaciones, pero todos defienden su versión con tanta energía en todo momento que parece que siempre tengan razón.
Y yo ya no sé a quién hacer caso.
A ver si nos aclaramos: ¿Los niños contagian más que el mono de Estallido o las pobres criaturas al final no hacen nada? ¿Las conclusiones de estos descubrimientos se han obtenido ahora o coinciden sospechosamente con el calendario de matriculación, los pagos a casales de verano y las ruedas de prensa triunfalistas?
¿Los colegios de diversos países que han abierto y cerrado eran seguros en primer lugar o los niños ya venían con el virus? ¿Nuestros colegios abren con todas las garantías y por necesidad social o para dar una tregua a los responsables de Educación? ¿Llevar a los niños al colegio o al casal es devolverles la normalidad o condenarlos al trauma y a infectar a toda la familia? ¿Las medidas de seguridad se cumplirán y “todo saldrá bien” o es una mentira asumida por todos los implicados que ya no aguantan más confinamiento con niños? ¿Educación ha hecho los deberes o ha abandonado a los profesores pasándoles el marrón sin dotarles de recursos?
¿Los niños podrán jugar en los parques o será mejor que se contagien por la calle porque los terraceros ocupan todo el espacio? Y ya puestos a salir del búnker, ¿las familias podremos disfrutar también de un refresco o en todos los bares seguirá habiendo terraceros que fuman a lo loco cuando hay niños en la mesa de al lado?
¿Empezamos a planificar un amago de vacaciones con prudencia o ya volverá a estar todo lleno de turistas y con precios abusivos?
¿Podremos recuperar todas las visitas médicas de los niños que se han ido anulando o nos darán un vale de inmunidad para medio año?
¿Saldremos de esta pandemia más solidarios valorando las pequeñas alegrías de la vida o en 15 días nos estaremos peleando por un palmo de playa?
Sólo tengo una cosa clara: nuestra hija estaba preocupada por si no podría celebrar su cumpleaños. Y al final, en petit comité y con varias quedadas low cost, lo hemos conseguido. A los padres, pequeñas victorias como ésta son las que nos dan confianza en momentos de tanto dilema.