Poco antes de que el coronavirus nos confinara en nuestras casas, un escritor y un fotógrafo que suman siglo y medio de vida entre los dos se colaron en el invierno de la costa de Levante. Un mundo paralelo a 22 grados con Benidorm como símbolo de la vida feliz de muchos mayores en España. Desde clases de zumba hasta paseos junto al Mediterráneo y unas alcachofas de primera, crónica de un viaje iniciático desiniciático.