Poco antes de que el coronavirus nos confinara en nuestras casas, un escritor y un fotógrafo que suman siglo y medio de vida entre los dos se colaron en el invierno de la costa de Levante. Un mundo paralelo a 22 grados con Benidorm como símbolo de la vida feliz de muchos mayores en España. Desde clases de zumba hasta paseos junto al Mediterráneo y unas alcachofas de primera, crónica de un viaje iniciático desiniciático.
Plena hora de ejercicio bajo el paseo marítimo de Poniente.Jordi SocíasEl edificio Intempo, un rascacielos de 187 metros de altura situado en la zona de Poniente.Jordi SocíasLa isla homónima que se divisa desde las dos playas de esta localidad alicantina.Jordi SocíasUna pareja sentada en uno de los bancos que se suceden a lo largo del paseo marítimo de Benidorm.Jordi SocíasSillones con decoración cerámica en Marina d’Or.Jordi SocíasLa playa de Levante de Benidorm.Jordi SocíasJuan José Millás junto a un vaquero de mentira.Jordi SocíasElefante en la playa junto a Marina d’Or, en Oropesa, paraíso de la imitación.Jordi SocíasUn hombre baila al sol en una de las playas de Benidorm.Jordi SocíasPanorámica de Benidorm (Alicante) desde las alturas, con la playa de Poniente en primer plano.Jordi SocíasDecorado en Marina d’Or, en Oropesa.Jordi SocíasPlena hora de ejercicio bajo el paseo marítimo de Poniente.Jordi Socías