Cuando la vida no vale nada
Los gasean, los disparan. Da igual que sean niños, mujeres o ancianos. Sus vidas no valen nada. Tienen nombre y apellidos. La situación en la frontera entre Grecia y Turquía parece extraída de una película de la Segunda Guerra Mundial. Pero no; ocurre en pleno siglo XXI, en la Europa solidaria y de las oportunidades. Aquí seguimos preocupados por el coronavirus y que no se suspendan las Fallas de Valencia. Esa es toda nuestra preocupación, mientras muy cerca de aquí muere la gente y ningún Gobierno hace nada por evitarlo. Viven hacinados en campos de refugiados, permanecen allí sin que nadie se preocupe por su futuro ni por sus vidas. ¿Cuántos niños han muerto desde que apareció la imagen del pequeño Aylan muerto en una playa, imagen que conmocionó al mundo? De Aylan nos enteramos porque había un periodista que tomó la fotografía; del resto no.
Patricio Simó. Valencia
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