La efímera esposa del exrey de Malasia destapa la infidelidad de su marido
La exmodelo rusa Rihana Oksana, que batalla para que el sultán reconozca a su hijo, descubrió que Mohamed V tenía otra esposa
El culebrón malayo protagonizado por el exrey de Malasia, Mohamed V, y su efímera esposa, Rihana Oksana, por la que renunció al trono para divorciarse siete meses después, suma un capítulo más en una historia que ha sumido al país asiático en polémicas y misterios a partes iguales con un descendiente no reconocido de por medio.
La exmodelo rusa ha desvelado ahora nuevos detalles sobre su turbulento matrimonio y lo ha hecho a través de una entrevista concedida al canal estatal ruso Channel One. Según ha asegurado la joven, de 26 años, el sultán tenía otra esposa cuando se casó con ella en noviembre de 2018 en una lujosa sala de eventos cercana a Moscú, algo de lo que ella se enteró dos días después de la boda. "Dos días después de la boda tuvo lugar el hecho que cambió todo. Mi esposo estaba en el baño. Su teléfono sonó y en la pantalla parpadeaba el nombre de un tal Bob. Estaba segura de que era un amigo estadounidense que querría felicitarnos por la boda. Contesté al teléfono y escuché una voz femenina histérica que me gritaba: ¡Soy su esposa. No te atrevas a atender el teléfono de mi esposo!”, ha contado Oksana.
Cuando el por entonces rey malayo salió del baño, según la versión de Oksana, y preguntó qué ocurría, “cogió el teléfono y se fue a hablar a otra habitación”, ha relatado la exmodelo. Una vez finalizada la conversación, Mohamed V le explicó a su reciente esposa que se trataba de su expareja, con la que aún tenía que resolver asuntos sobre algunas propiedades. “Me dijo que era su exesposa, quien no sabía nada de mi existencia, por lo que se mostró muy molesta cuando escuchó mi voz”, ha contado la rusa, quien ha dado más detalles sobre la identidad de esta mujer. Rihana Oksana afirma que esta es checa, se llama Diana Petra y que se dio el “sí, quiero” con el sultán en 2010.
Nadie en Malasia se esperaba en noviembre de 2018 que el por entonces Yang di-Pertuan Agong —título que recibe el jefe de Estado— se casara sin previo aviso en una ceremonia privada en el extranjero. Menos aún que lo hiciera con una modelo a la que doblaba la edad, solo conocida por haber resultado ganadora del certamen de belleza Miss Moscú en 2015. Voevodina Oksana, de 25 años, se convirtió al Islam y adoptó el nombre musulmán de Rihana. Su perfil incomodó a la familia real desde el primer momento. También su uso de redes sociales, en las que acostumbraba a compartir fotos en las que hacía gala de su nueva posición mediante su cuenta oficial de Instagram, ahora con más de medio millón de seguidores.
La polémica alcanzó cotas máximas cuando meses después de su boda salieron a la luz imágenes de su participación años atrás en un reality show de una televisión rusa, en las que se la veía manteniendo relaciones sexuales con otro joven. Este escándalo fue la principal razón de la abdicación de su marido en enero de 2019, el primer rey en la historia moderna de Malasia en hacerlo desde que el Estado se constituyó en una monarquía parlamentaria y rotatoria.
Ni siquiera el nacimiento de su primer hijo en común —el pasado mayo—pudo reconducir la situación. La ruptura acabó por hacerse realidad en julio de 2019, solo siete meses después de la boda. Desde entonces, el intercambio de reproches no ha cesado. El abogado de Mohamed V confirmó el divorcio y puso en duda la paternidad del hijo de la pareja. “No hay evidencias objetivas acerca de quién es el padre del niño”, declaró el letrado. En respuesta, la protagonista retó al monarca a someterse a una prueba de ADN.
Pero no ha sido la única reclamación por parte de la exmodelo, quien se ha refugiado con su bebé en su Rusia natal, como refleja diariamente en sus redes sociales. Según la versión de palacio, en sus intentos de negociación con el exmonarca, Oksana ha exigido una casa en Londres y otra en Moscú, valoradas en total en más de 10 millones de euros, así como una asignación mensual de 26.000 euros para mantener al hijo en común de la pareja. La exmodelo también desveló que se había visto obligada a empeñar su alianza por 226.000 euros, “una cantidad tres veces inferior a su valor real”. “Usé ese dinero para pagar mis facturas médicas en Suiza, ya que estaba en peligro de perder a mi bebé”, aseguró en otra de sus acusaciones.
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