Medicalizar la arquitectura
Una residencia de ancianos en un pueblo de Zamora, primer edificio hospitalario de consumo energético nulo ('passive house') en España
El estudio de arquitectura CSO ha concluido el primer edificio hospitalario-geriátrico de España certificado como Passive House, es decir capaz de almacenar la energía que precisa para funcionar y mantenerse. El inmueble, la residencia de ancianos de Camarzana de Tera, un pueblo zamorano de menos de 1.000 habitantes, consigue ese ahorro energético mediante varias estrategias pasivas: voladizos en fachada, solera y cubierta (ajardinada), empleo de carpinterías de madera con vidrio triple, ventilación natural y un invernadero en la zona del comedor que atempera el aire existente en invierno para aprovechar la cristalera a norte, mientras que permite la ventilación cruzada en verano.
Además, el edificio proyectado por Javier de Antón recicla el agua de lluvia para regar las zonas ajardinadas y, más allá de las estrategias energéticas pasivas, cuenta también con estrategias activas: tres recuperadores de calor —para no perder temperatura con la ventilación—, cinco paneles solares térmicos y 76 paneles fotovoltaicos que logran generar 20 kilovatios.
La construcción del edificio también fue sostenible. Se levantó en seco, con módulos prefabricados de madera para ahorrar tiempo, coste y disminuir la huella ecológica de la propia obra. La estructura y la envolvente de las fachadas se prefabricaron en un taller de Barcelona y se trasladaron en camión hasta Zamora, donde se montaron tras cimentar y construir un solado con suelo radiante.
Hoy el edificio, que ya está en uso, se comporta, en palabras del arquitecto, como una “máquina generadora de energía”, que consigue producir más energía de la que consume. Eso hace que la energía sobrante pueda utilizarse para abastecer al edificio original de la residencia, un inmueble construido en 2005.
De Antón habla de “medicalizar la arquitectura”. Considera que el nuevo asilo contribuye también al bienestar de los usuarios porque trata de hacer de la habitación —con un pequeño salón, un baño y el dormitorio— un pequeño hogar integrado en la residencia. La vida puede ser privada o en las zonas comunes como los salones, la cocina, los jardines o el invernadero donde los residentes pueden cultivar sus propias hortalizas.
Así, la máquina energética que es un inmueble capaz de acumular más energía de la que consume, no solo permite el ahorro energético, también obtiene una mejor calidad del aire interior gracias a la ventilación mecánica, y consigue una temperatura de confort constante —gracias al hermetismo y el soleamiento controlado— el resto lo hacen los ancianos activos en el huerto o organizando su cotidianidad aquí de manera sostenible.
Precio por m2 según el arquitecto: 1.050 euros
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