Para hipotensos
La tensión baja provoca desánimo, indolencia y ganas de dormir. A quien la padezca quiero darle un consejo: llame a una de las empresas que nos suministran gas, electricidad o agua. Incluya en su lista de posibles llamadas, con posición preferente, a compañías de teléfonos. Añada como reservas a las empresas de seguros, las de viajes por tren o avión y algunas sociedades sanitarias. Cualquier gestión que deba hacer con ellas le llevará a un desespero que le hará subir la tensión. Tendrá que dialogar con una voz anónima que le pedirá todos sus datos y motivo de su llamada con obligada escueta explicación. Al final, para terminar diciéndole, “le pasamos con un operador”, seguido de “en este momento todos nuestros agentes están ocupados, le rogamos llame pasados unos minutos”. Le aseguro que su tensión habrá subido, quizás demasiado, y, una vez más, tendrá constancia de la ineptitud de algunos empresarios y su desprecio a los ciudadanos.
Miguel Teixidor de Otto. Valencia
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