Galdós y Muñoz Molina
Javier Cercas responde al artículo firmado este sábado por Muñoz Molina en ‘Babelia’
Afirma Antonio Muñoz Molina que tengo “todo el derecho del mundo” a que Galdós no me guste tanto como a él; puede ser, pero a juzgar por su artículo En defensa de Galdós (Babelia), no parece muy contento con que haya ejercido ese derecho en Galdós (El País Semanal, 9-2-2020). Asimismo, afirma Muñoz Molina que caricaturizo a Galdós; también puede ser: al fin y al cabo, a pesar de haberme pasado media vida tratando de explicar en la universidad su enorme importancia histórica y sus méritos literarios (que los tiene), no he sido capaz de vislumbrar en su obra los casi infinitos placeres, sutilezas y complejidades que detecta en ella Muñoz Molina, hazaña por la que le felicito.
En definitiva: es posible que yo subestime a Galdós, pero también es posible que él lo sobrevalore y que sostener, como él parece sostener, que el novelista canario es superior a Dickens o Flaubert sea una verdadera temeridad (si no un disparate). En cualquier caso, lo que Muñoz Molina no debería de ningún modo permitirse es decir que quienes no compartimos su imbatible entusiasmo galdosiano y tenemos el atrevimiento de tratar de razonarlo en público, desde Valle-Inclán o Baroja hasta Juan Benet —por mencionar solo escritores españoles—, lo hacemos para dárnoslas de modernos. ¿No podría imaginar Muñoz Molina una motivación un poquito menos espuria que esa, o simplemente menos insultante? ¿No cabría la posibilidad de que algunos de nosotros lo hayamos hecho, por ejemplo, porque no consideramos inútil discutir los méritos reales de los clásicos, aunque nuestra valoración de ellos no coincida exactamente con la de Muñoz Molina? Yo creo que debería pensarlo.
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