Dudas y certezas sobre el destino de la herencia de Ari Behn
El exmarido de la princesa Marta Luisa de Noruega poseía una vivienda valorada en un millón de euros y un patrimonio derivado de su trabajo como escritor y pintor
Los padres de Ari Behn, el exmarido de la princesa Marta Luisa de Noruega que se quitó la vida el pasado 25 de diciembre a los 47 años, han querido que sea enterrado en el cementerio de Var Frelsers (Nuestro Salvador), en Oslo. Allí descansan también, entre otros, dos de sus compatriotas más famosos: el dramaturgo Henrik Ibsen y el pintor Edvard Munch, autor del cuadro El grito. El lugar ha sido confirmado por los portavoces de la familia Behn, que no han mencionado el futuro de su herencia. De no haber testamento, serán sus tres hijas, Maud Angelica (de 16 años), Leah Isadora (14) y Emma Tallulah (11) las beneficiarias de su herencia.
Behn era escritor, pintor, modelo y cantante ocasional, presentador televisivo y diseñador de vajillas, y lamentó en público que la crítica no le tomara en serio por culpa de su época como miembro de la familia real. A su muerte, las ventas de sus libros se han disparado en su país pero sus ingresos en vida no han sido millonarios. Según el rotativo noruego Dagbladet, en 2018 Ari Behn ganó unos 1,8 millones de coronas noruegas, unos 180.000 euros al cambio.
Behn ganó cierta fama en 1999 gracias a un volumen de relatos cortos, titulado Triste del infierno. Vendió 100.000 ejemplares y siguió escribiendo tras su boda con Marta Luisa, celebrada en 2002. Publicó dos novelas y una obra de teatro, pero hasta 2011 no recuperó el favor de la crítica. Fue por Talento para la felicidad, otra recopilación de cuentos, que tenía “nervio, intensidad y vulnerabilidad”. En 2018, y cuando ya había hecho pública su lucha contra la depresión, salió Infierno, que llegó a calificar de “novela con cuadros”, algunos de ellos alusivos a su paso por la casa real de Noruega. Era una forma de ajustar cuentas con lo que él consideraba su infierno personal, en especial, el periodo posterior a su divorcio, ultimado en 2017, después de 14 años de matrimonio.
En vida, Behn vendió algunas de sus telas, con ecos del artista estadounidense Jean-Michel Basquiat, por unos 10.000 euros. En una de ellas, recogida en Infierno, aparece una dama vestida de gala que ha perdido el brazo derecho. Su mano, suspendida en el aire, es de rosca, como la de una maniquí de escaparate, y la acompaña el texto: “Ohhh estos royals. 100 golpes antes de marchar”. Behn también ganó dinero por su trabajo en la televisión, como ha recordado recientemente el experto noruego en la monarquía, Anders Johan Stavseng. Otra de las posesiones del malogrado exyerno de los reyes Harald y Sonia de Noruega es la casa que compró después de su divorcio por casi un millón de euros, según el semanario sueco Svensk Dam. Está en Lommedalen, un pueblo del municipio de Baerum, que es a su vez un suburbio elegante de Oslo. Allí vivió durante los tres últimos años y allí fue hallado su cadáver la pasada Navidad. Lo encontró su padre, Olav Bjorshol (su hijo tomó luego el apellido de soltera de su abuela materna) que se mostró “muy agradecido por haber podido pasar juntos sus últimos momentos”, dijo. Este inmueble y otras posesiones, como su automóvil y los derechos de autor de sus obras, deberán ser ordenados por los notarios para poder repartir la herencia.
El funeral en su memoria se celebró el pasado 3 de enero en la Catedral de Oslo, en presencia de su familia y de miembros de las casas reales de Suecia y Dinamarca. Marta Luisa, su exesposa, le recordó luego en un emotivo escrito publicado en la página de web de la Familia Real noruega, y en su cuenta personal de Instagram. Allí mostraba su “tristeza infinita”, por haberle perdido. “Es tan doloroso pensar que querías dejar este mundo”, sigue el homenaje. “Una enfermedad invisible te costó cada vez más, porque ahí es donde falla la salud mental, y te vimos desaparecer durante largo tiempo, aunque creímos que todo pasaría. Te echamos de menos, y lamento que nunca entendieras cuán querido eras”, concluye la princesa, que mantiene ahora una relación con Shaman Durek, cuyo nombre real es Derek Verrett, un chamán de 44 años, nacido en Estados Unidos. Behn salía desde hacía dos años con la abogada noruega Ebba Rysst.
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