Así no se construye nada
O negro o blanco, sin matices, ni siquiera hay oxígeno para el gris; así es la política en este país mediterráneo pero también atlántico; peninsular e insular. Centollos y naranjas. Cava y albariño; tinto, blanco, rosado y sidra. Jabugo, mazapán y fabes. Somos una sociedad de colores y sabores; un caleidoscopio social y cultural. Altos y bajos. Morenos, rubios, calvos... Compartimos preocupaciones y emociones. No somos ceros y unos conformando un frío algoritmo, somos hombres y mujeres que quieren prosperar y ver a sus hijos e hijas crecer, desarrollarse, emanciparse... continuar. ¿Por qué en el debate de investidura no aprecié nada de esto y solo veía bloques de frío cemento que se arrogaban para sí, y solo para sí, la razón y la verdad absoluta? Así no se construye nada y muchos menos el futuro. Me asfixia su maniqueísmo, su visión borrosa en blanco y negro y su imposibilidad de dialogar.
Francisco Javier Santos. Porto do Son (A Coruña)
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.