_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Algunos jinetes del apocalipsis

La imitación, la ira, el miedo y el aburrimiento están entre los grandes riesgos a los que nos enfrentamos

Daniel Gascón
Soldados subidos al Muro a la altura de la Puerta de Brandenburgo.
Soldados subidos al Muro a la altura de la Puerta de Brandenburgo. Luis Magán

La imitación: en La luz que se apaga, Ivan Krastev y Stephen Holmes hablan de las esperanzas y las frustraciones de los países de Europa del Este. Tras la caída del Muro intentaron imitar a Europa occidental: era un regreso a la normalidad. La aspiración se acabó viendo como una imposición; la admiración se transformó en resentimiento. Pero ese impulso mimético está en otros lugares. Lo emplea de forma irónica Putin, para dejar mal a Occidente. Está en el hambre de hacer historia visible en muchos movimientos contemporáneos. Está también en la reivindicación del victimato. Como a todo imitador, nos obsesiona la autenticidad.

La ira: para Pankaj Mishra, nos encontramos en una edad de la ira. La reacción que vemos en algunas partes del mundo no es algo nuevo sino la reproducción de un rechazo a la modernidad que comenzó en Europa hace dos siglos. La modernidad genera ganadores y perdedores; provoca beneficios pero también una impresión de desubicación.

El miedo: el mundo se ha comprimido y acelerado. Cosas que parecían fiables, de la familia al trabajo, ya no lo son. No es solo que no sepamos si conservaremos el empleo, o que los trabajos sean precarios: no sabemos si nuestra profesión seguirá existiendo. Las mayorías culturales temen perder su posición; la clase media está aterrada por descolgarse; muchos ven la vida cotidiana como una amenaza existencial. Entre las consecuencias negativas del miedo están la pérdida de cohesión social (incrementada por la creciente desigualdad material), la búsqueda de culpables (como ha pasado con la inmigración) y una sensación de parálisis (como ha ocurrido con el cambio climático).

El aburrimiento: los temores conviven con el tedio y la convicción de que tenemos que vivir una experiencia emocionante: hemos venido a divertirnos, o como poco a indignarnos. Nos preocupan unas amenazas y somos incapaces de concebir otras. La economía nos da miedo pero a las instituciones democráticas las damos por sentadas. No creemos que las acciones que defendemos vayan a tener consecuencias que no nos gustan, pensamos que no cometeremos los errores que han cometido antes todos los demás y estamos seguros de que lo que valoramos del sistema sobrevivirá: solo sufrirá lo que nos parece mejorable. Esa combinación de fracaso imaginativo y arrogancia conduce a menudo a la irresponsabilidad primero y al desastre después. @gascondaniel

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Daniel Gascón
Daniel Gascón (Zaragoza, 1981) estudió Filología Inglesa y Filología Hispánica. Es editor responsable de Letras Libres España. Ha publicado el ensayo 'El golpe posmoderno' (Debate) y las novelas 'Un hipster en la España vacía' y 'La muerte del hipster' (Literatura Random House).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_