Woody Allen, Ryan Reynolds o su fortuna: las confesiones de madurez de Scarlett Johansson
La actriz habla acerca de cómo vivió su primer matrimonio cuando solo tenía 23 años, de su relación con el director de cine o del privilegio de ser la actriz mejor pagada del mundo
Scarlett Johansson ha llegado a los 35 años y tiene muchas historias que contar. Pese a ser un personaje público desde que era niña (su primer trabajo data de 1994, cuando apenas tenía 10), no es demasiado frecuente oírla hablar sobre su vida privada, sus relaciones, sus amistades, sus amores o sus desengaños. Sin embargo, con motivo de este cumpleaños tan redondo —y del estreno de su esperada cinta Historia de un matrimonio— ha decidido dar una entrevista a la edición estadounidense de Vanity Fair en la que reflexiona sobre algunos aspectos personales de su vida.
Una de las cuestiones acerca de las que habla la intérprete de Lost in Translation o Closer son sus matrimonios. "La primera vez que me casé tenía 23 años", reflexiona sobre su primer matrimonio, con el actor Ryan Reynolds, con quien estuvo casada entre 2008 y 2010. "En realidad no comprendía bien lo que era el matrimonio. Creo que, de algún modo, le di una visión demasiado romántica. Ahora es una cuestión diferente de mi vida. Me siento en mi lugar en el mundo, capaz de tomar decisiones más activas. Creo que estoy más presente de lo que estaba antes", explica sobre su modo de asumir las relaciones románticas. Después de dos matrimonios de dos años de duración cada uno, el pasado mayo Johansson anunciaba su próxima boda con el cómico estadounidense Colin Jost.
"La idea de crear una familia, construirla y trabajar en ella me gusta. Creo que sería fantástico, siempre lo he querido. También lo quise en mi matrimonio con el padre de mi hija. No era la persona adecuada pero me gusta esa idea", confiesa la estrella estadounidense en referencia a Romain Dauriac.
De hecho, esa madurez a la hora de afrontar su separación fue la que le ayudó a conseguir el papel en su nueva película, como explica en la misma entrevista el director, Noah Baumbach. "Lo primero que me dijo Scarlett fue: 'Estoy pasando por un divorcio". La intérprete que da vida a la célebre Viuda Negra de Marvel se refería entonces a su separación de Dauriac, con quien ha tenido a su única hija, Rose Dorothy. A principios de 2017 la pareja anunciaba su ruptura tras dos años de unión a la que siguieron casi 12 meses de batalla legal.
Pero la actriz no solo se sincera sobre afectos románticos en esa charla. También habla sobre su relación con Woody Allen a quien ya defendió el pasado septiembre cuando aseguró que le creía y volvería a trabajar con él, algo que le supuso una lluvia de críticas. "No soy política y no puedo mentir sobre cómo me siento sobre ciertas cosas", relata. "No tengo por qué hacer eso. No es parte de mi personalidad. No quiero tener que editarme ni moderar lo que digo o pienso. No puedo vivir de ese modo, yo no soy así. También creo que cuando tienes esa clase de integridad probablemente va a fastidiar a algunas personas. Es parte de cómo funciona todo, supongo".
No duda en ser directa al hablar del director de cine. "Forma parte de mi experiencia. Yo no sé más cosas que los demás, solo que tengo mucha cercanía con Woody. Es mi amigo. Pero no tengo más percepción que mi propia relación con él", afirma.
Otra de las polémicas que no duda en enfrentar Johansson es la de la película Rub&Tug. En verano de 2018 se supo que le habían ofrecido un papel en esa película en la que interpretaba a Dante Tex Grill, un personaje transexual basado en un hombre que, en los años setenta y ochenta, dirigió varias casas de prostitución. Las críticas de la comunidad LGTBI fueron tales que finalmente la actriz decidió renunciar a la película.
Se equivocó. Lo asumió entonces y ahora lo explica. "Viéndolo en retrospectiva, manejé mal esa situación. Mi primera reacción no fue sensible. No era del todo consciente de cómo se siente la comunidad transexual, de cómo ven que haya actores cisgénero actuando como transgénero. No estaba al tanto de esa conversación, no la conocía. Aprendí mucho en todo el proceso, lo juzgué mal. Fue una época dura, como un vendaval. Me sentí fatal. Sentir que no tienes sensibilidad hacia algo no es agradable".
Johansson no se siente cohibida tampoco al hablar de dinero. El pasado agosto se supo que, de nuevo, se coronaba como la actriz mejor pagada del mundo. "La verdad es que no lo sé...", explica sobre cómo sentirse con tal título. "Me parece que es como raro, gracioso. Cuando lo dices me parece algo increíble, como si no fuera verdad, se ríe ante el entrevistador. "Pero no, es verdad que no es malo, ¡es maravilloso!", sigue riendo. "Es maravilloso porque me da la posibilidad de no sentirme obligada a trabajar constantemente. Puedo tener tiempo. No tener que coger un trabajo porque necesito mantenerme, como básicamente todo el mundo en la industria tiene que hacer. Sé cómo funciona... Así que es genial. Es un lujo, un lujo enorme".
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