Medio millar de personas marcha por la ciencia en Madrid
Los científicos piden que se suban los presupuestos dedicados a ciencia hasta el 2% del PIB, algo que, creen, se podría cumplir con un pacto de Estado por la ciencia
Los científicos trabajan en la frontera del conocimiento, en un mundo en el que se están realizando descubrimientos que moldearán las maneras de vivir dentro de décadas. Sin embargo, sus demandas políticas y laborales parecen restos fósiles de un pasado impreciso. Esta mañana, cientos de investigadores salieron a la calle en Madrid con las demandas de siempre, con la esperanza de que no reciban de los gobernantes las respuestas habituales.
“Mientras muchos países de la Unión Europea ya invierten el 2% de su PIB en investigación, en España estamos en el 1,2%, un nivel equiparable al de hace 10 años”, decía uno de las 500 personas que, según la policía, han participado en la marcha. La promesa de alcanzar el 2% de inversión en ciencia se ha podido escuchar en la boca de la la ministra socialista Cristina Garmendia o de la secretaria de Estado de I+D+i del Partido Popular, Carmen Vela. La realidad es que en los últimos años no solo no se ha avanzado hacia ese 2% sino que se ha retrocedido.
“Sin ciencia no hay futuro”, “sin el 2% no hay experimento” o “no dejéis escapar al próximo Cajal”. Los científicos coreaban lemas como estos en una mañana que, como es habitual en Madrid, coincidían varias movilizaciones con diferentes demandas. “¿Esta manifestación de qué es?”, preguntaba un curioso a un policía local. “No sé, son tantas”, respondía el agente. Al mismo tiempo que los científicos, marchaban por Gran Vía, a pocos metros, miles de personas demandando igualdad salarial para todos los cuerpos policiales del Estado.
La protesta científica, que transcurrió entre la puerta del Sol y el Congreso de los Diputados, medio kilómetro más allá, contó con el apoyo de los sindicatos mayoritarios en el ámbito de la ciencia —CC OO, UGT y CSIF— y otras organizaciones, incluidas la Asociación Española para el Avance de la Ciencia, la Asociación Española de Trabajadores Hospitalarios o la Real Sociedad Española de Física (RESF).
En el manifiesto, leído frente al Congreso de los Diputados, se denunciaba el drástico recorte de recursos dedicados a I+D que se produjo con la crisis del final de la pasada década. “Nos conformamos —han dicho— con que acuerden alcanzar a lo largo de la próxima legislatura al 2,2% en que se sitúa la inversión media de los países de la Unión Europea”.
Consenso político sin frutos
Manuel Heras, representante de de FJI Precarios, una de las entidades convocantes, señalaba también la importante pérdida de poder adquisitivo que han sufrido los investigadores postdoctorales desde el inicio de la crisis por la falta de actualización de las cantidades que ofrecen las becas. “Queremos que haya una carrera digna, y para eso hace falta un modelo de carrera claro”, añadía Heras. Los manifestantes también exigieron medidas que aseguren la previsibilidad de las convocatorias públicas para evitar que algunos científicos tengan que irse al paro de forma periódica, y la reducción de la temporalidad del empleo de los investigadores y contratados.
Heras también informaba de que PSOE, PP, Ciudadanos y Podemos han firmado su manifiesto, un consenso tan habitual entre los políticos como la falta de acciones concretas. “Necesitamos medidas, no promesas. Porque la investigación es vital para el desarrollo humano y de la sociedad, porque queremos que nuestro país deje de depender de terceros y determine su propio futuro”, afirmaron los manifestantes antes de pedir un pacto de Estado por la ciencia que ponga de acuerdo a todos los partidos. “Comprendan que la ciencia no es un arma electoral”, decían muy cerca del final de su manifiesto, sin saber si esperan que esta característica les ayude o no a desatascar por fin sus demandas.
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