La experiencia ya no es un grado
El problema del desempleo de los mayores persiste a pesar del crecimiento económico. Ciertamente, a partir de los 45 años quedarse en el paro es asomarse al precipicio del desempleo de larga duración. Las estadísticas indican que entrar en la madurez profesional, en vez de ser un factor que ayude a la recolocación, es un freno en el mercado laboral. Hoy en día, la experiencia no es un grado, sino un “desagrado”. Esto no es solo un problema de primer orden en términos sociales, sino también un síntoma de debilidad del tejido productivo. Sería conveniente que los empresarios retomaran con urgencia la experiencia y la madurez como activo, y no como problema. Y más en España, donde la población está cada vez más envejecida.
Alberto Álvarez Pérez
Sevilla
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