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“¿Puedes enviar una foto donde estés fea?”: preguntas inadmisibles en entrevistas de trabajo en 2019

Un documental y la experiencia de aspirantes a un puesto laboral muestran lo intrusivas que pueden llegar a ser las cuestiones planteadas durante un proceso de selección

En la imagen, Leonardo DiCaprio y Jonah Hill en 'El lobo de Wall Street' (2014). En vídeo, el tráiler de 'La Candidata'.
Sara Navas

Cuando se busca "entrevista de trabajo" en Google aparecen dos tipos de artículos: los que dan consejos para bordar un proceso de selección (Cómo hacer la entrevista de trabajo perfecta, Cómo potencias los cinco primeros minutos de una entrevista de trabajo o Cómo preparar una entrevista de trabajo) y los que alertan de las preguntas que buscan pillar en un renuncio al candidato (Las diez preguntas trampa más habituales, Cómo responder a 16 preguntas trampa...). Sin embargo, hay otro tipo de preguntas que predominan en estos procesos de selección que no deberían llegar a plantearse: ¿está soltero?, ¿se plantea tener hijos?, ¿tiene responsabilidades? o ¿está casado?

A pesar de que se entrometen directamente en el ámbito íntimo y personal y de que plantearlas es ilegal (van contra la Constitución, pues esta dice que todos somos iguales), cualquier aspirante a un puesto laboral se encuentra con ellas en gran parte de las entrevistas a las que acude.

El recién estrenado documental La candidata (producido por Smileat y dirigido por Laura Herrero Garvin) aborda precisamente la situación actual de la sociedad española en torno a la maternidad y la paternidad en el mundo laboral. Tras realizar una encuesta a 800 personas y grabar con cámara oculta una treintena de entrevistas, Herrero constató que en la mayoría de los casos se planteaba alguna de estas cuestiones.

"El sector de la hotelería es el más duro y el menos transigente. El editorial nos sorprendió, porque era un terreno en el que no esperábamos encontrar este tipo de trabas y aunque no fueron muchas si que dimos con alguna", confiesa a ICON la directora del documental, que a sus 34 años ha vivido en su propia piel la discriminación por género. "Sobre todo, la discriminación por estar en edad reproductiva. Es algo súper fuerte. La vida laboral y social han cambiado, pero la reproductiva no y eso a las mujeres nos condiciona mucho".

La periodista Gema Hurtado, de 28 años, es la protagonista de La candidata. En el documental, Hurtado aparece en una serie de entrevistas de trabajo reales grabadas con una cámara oculta. Durante el encuentro con el personal encargado de hacer la selección, la periodista es preguntada reiteradamente por su situación personal.

En ICON hemos hablado con una docena de españoles que han vivido momentos de este tipo durante un proceso de selección:

- Gema, periodista y protagonista del documental La candidata: "¿Usted está casada? ¿tiene hijos?", preguntan durante el proceso de selección a la periodista. "Bueno... eso no se debe preguntar", responde. "No, no se debe preguntar, pero esto es una editorial pequeña y por eso se lo pregunto. Porque aquí hay mucha tela que cortar", argumenta el entrevistador.

- Luisa, publicista de 30 años: "Preguntas impertinentes me han hecho unas cuantas, pero lo más sangrante que me ha pasado es que me pidieran que volviera a mandar el currículum pero con una foto donde saliera más fea. 'Es para enseñárselo a mi mujer y que se quede tranquila', me dijo el tipo. También me dijo que no iba a pagarme más de 800 euros porque, total, a mi edad mis padres me ayudarían económicamente".

- Roberto, abogado de 30 años: "Hace unos meses hice una entrevista donde les conté que también era músico. Entonces me preguntaron que si tenía 'un grupito', que cuáles eran mis prioridades en la vida y que si me quitaba mucho tiempo el pasatiempo, porque ahí necesitaban compromiso. También dieron por sentado que tendría mucha noche y me preguntaron si estaba soltero. 'Porque los músicos lo pasaréis como Dios', zanjaron".

- Lorena, administrativa de 40 años: "Durante una entrevista de trabajo me preguntaron si me maquillaba todos los días y que cada cuánto iba a la peluquería. Era un trabajo en una oficina, no implicaba estar de cara al público. Pero, por lo visto, para ellos la imagen y que pareciera que todos los trabajadores acaban de salir del rodaje de un anuncio de perfumes era imprescindible. Les dije que solo me maquillaba en bodas y comuniones y no volvieron a llamarme".

- Esteban, comercial de 38 años: "Cuando optaba a un puesto en una agencia de comunicación, ya en la segunda ronda de entrevistas, me dijeron que mi perfil les encajaba y les gustaba mucho. Pero antes de avanzar más con el proceso querían saber si estaba dispuesto a dar un cambio radical a mi vestuario. Entonces me preguntaron que cuánto dinero al año estaba dispuesto a invertir en ropa. Cuando les dije que lo justo y necesario entendí que no volverían a llamarme, y así fue".

- Gonzalo, abogado de 43 años: "Como no querían preguntarme si era gay de una forma directa, porque sabían que les podía caer una buena, empezaron a dar rodeos para averiguarlo. La entrevista fue tan hilarante que terminaron preguntándome cómo les explicaría a unos extraterrestres recién aterrizados en el planeta Tierra qué es una familia. Les dije lo que yo entendía por familia, que no es lo que querían escuchar, obviamente. Y nunca más se supo".

- Belén, veterinaria de 32 años: "Me han preguntado muchas veces que si era soltera o tenía pareja estable. Las primeras veces contestaba con inocencia la verdad, hasta que en una de las últimas decidí preguntar qué importaba eso para mi proceso de selección. Entonces me dijeron que, claro, debía tener en cuenta que una relación estable aportaba precisamente una estabilidad que era beneficiosa para el trabajo porque nos hacía ser más responsables".

- Alberto, arquitecto de 40 años: "Mientras me estaban haciendo una primera entrevista telefónica, la persona de recursos humanos con la que estaba hablando entró en mi perfil de LinkedIn y al ver mi foto me preguntó, con mucha insistencia, si estaba actualizada. No tardé en darme cuenta de que le preocupaba saber si me mantenía en el mismo estado físico o si, por el contrario, había engordado, porque terminó confesando que daban mucha importancia a la apariencia".

- Rocío, periodista de 37 años: "Después de pasar dos de las entrevistas del proceso, me tocaba ya con el súper jefe del departamento. Me habían advertido de que, de entrar en esa empresa, tendría que lidiar con una mentalidad un tanto antigua. Me encontré con eso y con mucho más. Yo no ponía mi edad en el currículum para que mi edad no resultase tan evidente a primera vista y poder pasar el primer corte -estoy en edad de tener hijos- . Cuál fue mi sorpresa cuando este señor empezó a sacar conclusiones sobre mis años: '¿Tienes idea de casarte y tener hijos? Siendo mujer de 35 años estás a punto, ¿no? Me gustaría saber la verdad porque ya he tenido recientemente la experiencia con una chica de tu edad que me dijo que no en la entrevista y resulta que a los 6 meses de estar aquí se quedó embarazada ¡y de mellizos!'. Si soy sincera, mi respuesta no fue la que habría deseado dar... Al salir de allí se me ocurrían mil maneras de dejarle como un auténtico idiota. Tampoco fui capaz de personarme en el departamento de recursos humanos y contar lo sucedido. Me acobardé porque quería el trabajo. Sí les escribí un mail contando lo sucedido, pero nunca obtuve respuesta. Tampoco conseguí el trabajo y me pregunto si fue por mi edad y condición de mujer".

- Laura, ingeniera de 32 años: "Hace una semana hice una entrevista donde me preguntaron si estaba casada. Al decirles que sí se interesaron mucho y me preguntaron cuánto tiempo llevaba casada. Tendría que haberles contestado que eso no era asunto suyo, pero no lo hice...".

- Carlos, músico de 35 años: "Empecé a trabajar en un estudio de música hace un par de años. Cuando me hicieron la entrevista me dijeron que no me podían contratar y que tendría que hacerme falso autónomo. Pero lo más fuerte vino justo después de decirme esto, que fue cuando me preguntaron si tenía familia o pensaba tener hijos. Esto les resultaba un problema porque la empresa es pequeña y no podían permitirse contratar a un ser humano con aspiraciones a ser padre...".

- María, trabajadora social de 34 años: "Hace poco me preguntaron que por qué no tenía hijos a mi edad. Fue lo primero que me preguntaron, ni siquiera había hablado de mi trayectoria profesional".

- Itziar, abogada de 32 años: "Al verme el anillo de casada me dijeron que no sabían si yo querría tener hijos o no, pero que en esta profesión era muy difícil compaginar ambas cosas, que solo algunas lo hacían y cuando tenían más años de lo que yo tenía. Me arrepiento mucho de no haber mandado a ese tío a la porra. Me quedé tan bloqueada que seguí haciendo la entrevista aunque boicoteándola con mis respuestas para que no me cogieran. Al tiempo me enteré de que habían cogido a un chico que yo conocía".

- Noelia, trabaja en turismo, 29 años: "En una entrevista por teléfono, lo primero que me preguntaron es si tenía responsabilidades porque 'claro, luego hay que quedarse hasta más tarde de las seis de la tarde y ya empiezan a decir que si tengo un hijo, que si tengo que recogerlo del baloncesto...".

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Sobre la firma

Sara Navas
Redactora de ICON desde 2016, año en que llegó a EL PAÍS. Es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid y ha escrito el libro ‘La monarquía al desnudo. Del rey que nació en un retrete al soberano playboy’.

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