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Las hijas de Julio Iglesias formarán parte del baile de debutantes más exclusivo

Victoria y Cristina, hijas del cantante y la modelo Miranda Rijnsburger, continúan en París su lujoso camino de presentación en sociedad

Victoria y Cristina Iglesias (derecha), en una imagen que han publicado en su cuenta de Instagram.
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Las hijas de Julio Iglesias dan el paso definitivo para ser modelos

Victoria y Cristina Iglesias, las hijas gemelas del cantante Julio Iglesias y Miranda Rijnsburger, quieren ser modelos y sus padres no reparan en gastos para que se relacionen con las personas adecuadas y así lograr que estén posicionadas en primera línea de salida para conseguirlo.

Primero fueron ellas mismas las que abrieron sus cuentas de Instagram y subieron en ellas fotografías que dejaban claro que existía materia prima para que las marcas se fijaran en ellas. Después fue el mismo Julio Iglesias el que afirmó en una entrevista que a sus hijas les gustaba la moda y que querían seguir los pasos de su madre, que fue modelo. Después llegó el primer paso serio: pasearse por la alfombra roja más importante de la moda, la de la gala del MET.

Allí, junto a más de 500 famosos exclusivos y cuidadosamente elegidos por Anna Wintour, la todopoderosa editora de la revista Vogue, se dejaron ver vestidas por Oscar de la Renta, que era amigo y vecino de la familia en Punta Cana. "Le llamábamos 'tío tope- tope', porque cuando éramos pequeñas, él solía tomarnos en brazos y alzarnos por los aires, y luego nos decía: 'Tope, tope, tope', para que chocáramos nuestras cabezas con la suya, frente con frente", explicaron Victoria y Cristina en una entrevista.

En la fiesta del Museo Metropolitano de Nueva York se codearon con lo más granado de las celebridades internacionales y ahora preparan otra cita exclusiva que utilizan los cachorros de la jet-set como ascensor social: Le Bal, el Baile de Debutantes que se celebrará en París la noche del 30 de noviembre. Se trata de un de las 10 veladas más privilegiadas del mundo, según la revista Forbes, y en ella cada año una veintena de adolescentes (la mayor parte hijos de aristócratas, millonarios y famosos) se presentan oficialmente en sociedad en un evento donde sus nombres rivalizan con el de los diseñadores que firman sus exclusivos atuendos.

A principios del mes de septiembre, las gemelas viajaron a París para los preparativos previos de esta noche en la que la fiesta va pareja con la creación de una red de relaciones que abre puertas a un mundo inalcanzable para la mayoría. Las jóvenes, que tienen 18 años, visitaron el taller del creador libanés Elie Saab, conocido por sus espectaculares vestidos de fiesta, que será el encargado de diseñar los modelos que lucirán esa noche. 

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El Baile de Debutantes cumple 25 años y en esta ocasión se celebrará en uno de los hoteles más lujosos de París, el Shangri-La, un nombre que hace referencia además a las características propias de las mil y una noches que rodean este evento. La India será además el origen de las joyas que lucirán las hijas de Julio Iglesias, que han elegido la firma india Harakh para sus complementos. Así pasaran a engrosar la lista de españolas que han formado parte de esta cita y entre las que se encuentran hijas de apellidos ilustres como Díez de Rivera, Puig, Juncadella-Hohenlohe o Domecq. También nombres como Cósima Ramírez Ruíz de la Prada, hija de Ágatha Ruíz de la Prada y el periodista Pedro J. Ramírez, Tatiana Shin Botín, nieta del banquero Emilio Botín, y Amina Martínez de Irujo, hija de Cayetano Martínez de Irujo y por tanto nieta de la fallecida duquesa de Alba.

Esta cita es heredera directa de una tradición nacida en Reino Unido en el siglo XVIII para presentar ante el rey o la reina a las jóvenes de la nobleza. Saltó a Francia en 1958, precisamente poco después de que la entonces joven reina Isabel II de Inglaterra acabara con esa costumbre, que consideraba anticuada. Tras la revolución de mayo del 68, también en Francia se dejó de celebrar. Hasta que Ophélie Renouard, su actual organizadora, retomó la tradición en 1992 y le proporcionó toques propios destinados a devolverle el esplendor de antaño. 

Se reconcibió como como un evento solidario—cada año se elige una organización para la que se recaudar fondos—, pero pese a este halo de acto benéfico sigue reuniendo a gente privilegiada dispuesta a gastarse mucho dinero. Además, las jóvenes deben tener entre 16 y 22 años y un físico adecuado para que luzcan los vestidos de alta costura de las grandes casas que acuden fieles a la cita. 

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