Valentino se hace fuerte en Madrid

Corren momentos emocionantes en la firma capitaneada por Pier Paolo Piccioli, incluso aunque la emoción, en la moda, sea un concepto algo huidizo. Lo que no es huidizo, en cualquier caso, es la ambición creativa de su colección masculina para este otoño de Valentino, que plantea una relectura de la tradición japonesa.

O, mejor dicho, de lo mejor que Japón ha aportado a la moda de vanguardia: tejidos con texturas y plisados, juegos cromáticos sutiles, capas superpuestas y detalles técnicos que enlazan con lo deportivo sin renunciar a la elegancia de la pasarela.

El traje, tal y como lo entiende Piccioli, es fluido y moderno, y su ligereza invita a lucirlo con la misma desenvoltura que una sudadera. De ese futurismo informal bien entendido proceden también sus colaboraciones, con Birkenstock (para el calzado) y con el vanguardista japonés Jun Takahashi, fundador de la firma Undercover, que ha creado estampados de ciencia-ficción. La apuesta tiene cierta complejidad, pero funciona.

Y aspira a funcionar aún mejor: en su tienda de Madrid (José Ortega y Gasset, 16), Valentino ha dedicado un espacio estable a su colección de moda masculina. Una apuesta más elocuente que cualquier desfile.