Cobrar por conservar

En estos tiempos de acelerada degradación ambiental del planeta, la conservación de fragmentos de naturaleza en su estado primigenio o de zonas naturalizadas con la mínima intervención humana posible es de importancia vital para gozar de un planeta habitable. Creo que a través de la ONU se deberían establecer mecanismos financieros que compensen a los países en función de su capital natural y de sus políticas medioambientales para que resulte más rentable económica y socialmente la conservación que la destrucción de los ecosistemas. Para evitar la vía occidental al desarrollo que, en otras circunstancias históricas y ambientales, ha actuado contra la naturaleza, sin ser, o querer ser, consciente de las consecuencias.

José Manuel Mielgo. Salamanca