12 fotosEl abandono del Hospital Psiquiátrico de CaracasMiles de pacientes mentales en Venezuela se ven forzados a atravesar diariamente un doble laberinto el de sus propios trastornos y la escasez de asistencia médica pública que les ayude a mejorarEl País12 ago 2019 - 16:06CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEl hospital psiquiátrico más importante de Venezuela no atraviesa su mejor momento. La institución, fundada hace 126 años, se ha convertido en un "hacinamiento de humanos", en palabras de las enfermeras que diariamente se enfrentan a deplorables condiciones de trabajo. El Hospital Psiquiátrico de Caracas se derrumba en medio de la escasez de medicamentos, de servicios básicos como la luz y el silencio de las voces gubernamentales por conseguir una solución a la crisis de sanidad pública. En la imagen, dos pacientes en la institución ubicada en Lídice, Caracas (Venezuela).Rayner Peña (EFE)En los respaldos de los catres no aparecen siquiera los nombres de los pacientes, porque bien podrían ser otros quienes ocupen la noche siguiente esas habitaciones. Sobre las camas, descansan las internas, cuyos cuerpos se confunden con los colchones ya desgastados y las sábanas enredadas.Rayner Peña (EFE)Dos pacientes del Hospital Psiquiátrico de Caracas miran a través de las rejas de su habitación. La enfermera Johana Hernández señala que solo un pequeño espacio del hospital con capacidad para atender a unos 300 pacientes, y que ella considera "un patrimonio cultural", se mantiene funcionando en pésimas condiciones.Rayner Peña (EFE)Por la ausencia de personal de mantenimiento, basura, excrementos e insectos muertos se dejan ver en habitaciones, baños y patios del enorme hospital, cuya mayor extensión permanece sin electricidad desde hace 20 meses. En la fotografía se muestra el cuarto de limpieza de uno de los patios donde están alojados los pacientes.Rayner Peña (EFE)De acuerdo con Johana, el hospital tampoco cuenta con los fármacos necesarios para tratar la depresión, esquizofrenia y otros males que afectan a los 36 enfermos que permanecen hospitalizados.Rayner Peña (EFE)Una veintena de ampollas de ansiolíticos y sedantes, caducados en 2016, son aplicados actualmente en momentos de necesidad.Rayner Peña (EFE)La debacle del hospital, un secreto a voces hace apenas un mes, es ahora parte del debate en Venezuela, un país sacudido por la mayor crisis política y económica de su historia moderna, y donde millones de trabajadores perciben ingresos que ni siquiera cubren la canasta alimentaria. En la imagen, un enfermo internado en el Hospital Psiquiátrico de Caracas.Rayner Peña (EFE)Sala de urgencias del Hospital Psiquiátrico de Caracas. El personal de la institución percibe un salario casi simbólico que apenas supera los 6 dólares mensuales, que alcanza para dos o tres kilos de harina.Rayner Peña (EFE)"El personal del hospital no se encuentra de paro", sino que estamos trabajando bajo mínimos, comenta Johana sobre ella misma y sus compañeros, quienes, pese a todas las dificultades, siguen al frente de sus puestos en el centro psiquiátrico.Rayner Peña (EFE)En Venezuela, los servicios hospitalarios atraviesan su propia crisis, en medio de la escasez de medicinas y los bajos salarios de los médicos y enfermeros dependientes del Estado, que dirige desde 2013 el líder chavista Nicolás Maduro. En la imagen, se muestran escritos sobre una pared del hospital.Rayner Peña (EFE)En medio de la crisis, la oposición y los gremios de trabajadores sanitarios han pedido la apertura de un canal humanitario para el ingreso de fármacos. A diario se registran decenas de protestas para reclamar el fin de la crisis y la mejora en la prestación de los servicios públicos, de lejos los más baratos de la región.Rayner Peña (EFE)"Si mi pecado fue sacar esto a la luz pública, tendré que pagar las consecuencias. No sé cuáles serán", explica Johana. La última visita que hizo a Venezuela la alta comisionada de Naciones Unidas para los derechos humanos, la expresidenta chilena Michelle Bachelet, culminó con un informe que pone el foco sobre la violación a los derechos fundamentales en el país.Rayner Peña (EFE)