La falsa “picadura mortífera” que desató una alarma sanitaria en Alicante
Varios medios publicaron que un paciente estuvo ingresado el hospital de Elda por un mordisco de una araña violinista, cuando en realidad se trataba de una irritación cutánea
Todavía se encuentran titulares como los siguientes: Picadura en Elda: cómo es la araña violinista o ¿Qué hacer si te pica una araña violinista? Este último remata con el siguiente párrafo: “Un hombre lleva varios días hospitalizado en Elda tras sufrir la picadura de una araña violinista. Aunque estos hechos no son muy comunes en nuestro país, siempre es bueno estar informado de qué hacer si nos ocurre algo similar”.
La noticia atrajo la atención de varios medios el pasado mes de mayo. Ninguno dudó en publicarla, pero solo con la versión del paciente. Muchos la retiraron después, cuando el hospital del municipio alicantino de Elda, donde estaba ingresado el hombre que supuestamente había sufrido la picadura, tuvo que desmentirla públicamente y se destapó el bulo. Pero no todos retiraron la información: algunos siguieron alimentando la mentira, como se puede comprobar en una rápida búsqueda virtual. Sin embargo, semanas después, ha quedado clara una cosa: podemos estar tranquilos. Tal especie, que se llegó a catalogar como “más mortífera que una cobra”, aún no ha provocado daños en España.
La especie, que se llegó a catalogar como “más mortífera que una cobra”, no ha causado daños en España
Ni siquiera leves, que en realidad son los que suele causar. Porque la araña violinista (de nombre científico Loxosceles rufescens) es menos peligrosa de lo que se pudo leer. De unos 20 milímetros de tamaño y una silueta en el cuerpo con forma del instrumento al que alude su apodo, la violinista posee un veneno citotóxico, menos grave que el neurotóxico (más habitual en otros ejemplares sudamericanos o australianos). “Se habló de reacciones sistémicas severas y de que podía desencadenar la muerte, cuando no es así. Toda la información era un collage de datos, mezclados sin demasiada rigurosidad”, protesta Miriam Navarro, médica de familia e investigadora asociada a la Universidad Miguel Hernández de Elche.
“Incluso se dijo que al paciente se le había extraído el veneno y se le iba a suministrar el antídoto”, continúa Navarro, que plasmó punto por punto las mentiras del bulo en un artículo de eldiario.es. Detallaba la especialista en medicina tropical que se intentó transmitir un “miedo y rechazo” a las arañas a través de datos falsos. “Aseguraban que provenía de Sudamérica, cuando es autóctona. Y aunque la supuesta araña que supuestamente había mordido al paciente fuera de otro continente y hubiera llegado aquí, no se ha registrado ningún incidente similar”, apunta, recordando que, además, las arañas no suelen atacar por costumbre sino por amenaza.
En su investigación para desmontar este ejemplo claro de bulo, Navarro contactó con Santos Rojo, zoólogo director del Departamento de Ciencias Ambientales y Recursos Naturales de la Universidad de Alicante. Este experto, tal y como transcribió en el artículo citado, insistió en que “aunque nos muerda una araña, lo más probable es que no nos transmita veneno, ya que el veneno es costoso de producir y no conviene desperdiciarlo. Por otro lado, pasarán su corta existencia alimentándose de moscas y mosquitos que, sin duda alguna, provocan muchos más problemas médicos”.
Pero nada de esto importó para ciertos periódicos locales como Diario Información, que publicó a una página la entrevista a un varón de 45 años que llevaba días ingresado en el Hospital General Universitario de Elda. Por culpa, supuestamente, de una picadura de araña violinista. Fueron las entradas en la red social Facebook del afectado las que narraron lo ocurrido y propiciaron el interés mediático. “Algo me picó el sábado por la mañana y el domingo a las 5.30 a. m. tuve que ir al hospital para valoración. Por lo visto, por la cooperativa y río de Sax habita un insecto o araña que tiene una picadura letal y que solo se puede curar en el hospital. Creen que ha sido una avispa africana, pero hasta que no descubran el veneno que me ha inyectado no se sabrá qué animal ha sido”, explicaba.
Miedo colectivo a una plaga de arañas
Fue suficiente para activar la bomba. Joana Requena Puche, subdirectora médica del hospital donde se atendió a este paciente, cuenta ahora por teléfono lo que vivió esos días: “Me enteré por el periódico y vi raro que no nos hubieran contactado para contrastar”, dice, asegurando que es una práctica habitual entre los reporteros que lo escribieron. “Se le dio credibilidad cuando en realidad estaba siendo tratado por celulitis, que es una irritación cutánea, seguramente por rascado e infección de estafilococo”, comenta esta profesional con 25 años de experiencia. “Nunca me había pasado algo parecido. Me preguntaban por la calle qué pasaba, si podían ir tranquilos y hasta cuántos había en observación, como si fuera una epidemia”, expone. Navarro completa el discurso de su compañera: “Pregunté en urgencias y habían tenido consultas por este motivo. La gente estaba asustada y preguntaba por las arañas. Y sigue habiendo quien comparte estas noticias en redes sociales”.
El hospital de Elda decidió hacer un comunicado público y “no engordar” este fenómeno. Buscaban “tranquilizar a la población” y puntualizar que no había “ningún caso” de picaduras de arañas o de otras plagas en la región. Posteriormente obviaron el tema, a pesar de que el afectado siguió publicando su versión: “Puso hasta fotos de informes, que en realidad eran de las curas que se iba a hacer en enfermería. Y allí hay un apartado donde indican lo que les dice el paciente, no lo que es de verdad”, rememora Requena. De hecho, todo se acabó con un tratamiento de antibióticos y drenaje.
Aun así, algunos medios continuaron con advertencias y consejos en caso de una picadura de araña violinista o complementaron los textos con las cláusulas “Sanidad se desentiende”. El paciente siguió defendiendo su teoría y, poco a poco, los artículos dedicados al tema menguaron. Hasta desaparecer o quedar como ejemplo de noticia falsa: “Ausencia de información contrastada, confusión de especies y de venenos y exageración desmedida de las consecuencias de una posible mordedura de araña autóctona han sido los ingredientes para la receta del último ‘alarmismo aracnofóbico’ en España”, sentenciaba Navarro.
“¿El remedio? Hagamos caso a la razón, basémonos en evidencias científicas y desterremos miedos irracionales. Y, si nos pica algo desconocido, intentemos atraparlo o hacerle una foto y mostrarlo al consultar a un profesional sanitario”, continuaba. Así evitaremos las alertas infundadas, como esta “mordedura mortífera” de Elda.
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