Aquí hay alguien que no viene a hablar de su libro y que no tiene ni idea de quien es Kanye West
Blixa Bargeld lideraba un grupo furioso llamado Einstürzende Neubauten en Berlín cuando conoció a Nick Cave. Juntos escribieron uno de los capítulos más brillantes del rock hasta que se enfadaron. Hoy, que presenta libro, también está enfadado
Blixa Bargeld está muy cabreado. Hace un día de sol en Barcelona y el que fuera mano derecha de Nick Cave en su era más gloriosa, al frente de Bad Seeds, concede una entrevista a ICON dejando claro que no está satisfecho con el motivo para conceder la entrevista. “Este libro no se ha editado como yo quería”, dice Bargeld, fundador de Einstürzende Neubauten y por tanto icono del rock experimental, vestido de negro de arriba abajo mientras a unos metros su manager (vestido de negro de arriba abajo) trata de capear el temporal en silencio.
El libro al que se refiere Bargeld (Berlín, 1959) es Europa: una letanía y lo que le disgusta es: “Todo. El título no es correcto porque le falta un matiz y además no me consultaron para la edición, y no entiendo que pusieran una cruz en la portada…”. Finalmente, decide que ya no quiere hablar más del tema y pasa a otro asunto que (también) le disgusta: “Ya no existe la música experimental en el sentido más puro de la palabra. Si tienes una serie de instrumentos o materiales que ya sabes cómo suenan y te dedicas a hacer cosas con ellos, eso no tiene nada de experimental. Si golpeo un metal que ya conozco, en condiciones que te resultan familiares, y luego utilizo ese sonido, el resultado no es experimental”, afirma el músico mientras se sirve otra copa de vino blanco. Luego aclara que esta entrevista es para hablar del libro y solo del libro, pero –paradójicamente– no rehúsa entrar en ninguna otra cuestión: “No me he preparado para hablar de nada que no sea este libro, pero pregunta y trataré de contestarte si creo que es posible”.
"El título no es correcto porque le falta un matiz y además no me consultaron para la edición, y no entiendo que pusieran una cruz en la portada…”
El alemán es una figura clave para entender el sonido industrial que capitalizó ciertos ámbitos de la música teutona a través de Die Geniale Diletante, un movimiento radical dedicado a la experimentación que se movía alrededor de un círculo formado por clubes, galerías de arte y sellos.
Con cierta tendencia al ruidismo y una puesta en escena que no escatimaba en efectismo, los Einstürzende Neubauten fueron la punta de lanza con sede en Berlín que puso del revés a los amantes de la melomanía tradicional. “Todo eso ya no existe. Las bandas no existen. El email lo ha cambiado todo. Ahora la gente se encuentra delante de un ordenador y las bandas no tienen nada que ver con eso. ¿Nostalgia? No, los tiempos cambian y el proceso creativo, también. Y en cuanto a Alemania, lo que hay ahora en alemán es patético. No hay nada bueno cantado en ese idioma: todo es terrible”, afirma Bargeld, que el día de la entrevista dará un concierto en el CCCB de Barcelona: “No es un concierto. Soy yo haciendo loops de mi propia voz. Cada vez sale algo distinto, pero no es un concierto”.
De repente, a Bargeld le apetece volver a hablar del libro. “Fue el resultado de un proyecto determinado, pero la gente tiende a creer que está leyendo una cosa cuando en realidad es otra totalmente distinta. Escogí el formato de diario de viajes ficcionado, en el que hay partes de realidad y otras completamente inventadas. Y me decidí por la letanía porque me gustaba ese formato, me gustaba esa repetición interminable y decidí respetar ese contexto de origen religioso. Pero debe quedar claro que mi intención no era hablar de Europa o del tour que hacíamos en ese momento, aunque aparezcan ambas cosas”, precisa el berlinés. “Escribir es algo delicado: a veces tomo notas y después analizo esas notas, pero no siempre es sencillo. Eso sí: cuando entro en ese proceso por el buen camino y empiezo a escribir, puede resultar bastante sencillo”.
A Bargeld, según confiesa, no le interesa en absoluto la cultura pop (“mis amigos sueltan nombres y no me suena ninguno. El otro día descubrí quién era Kanye West, pero porque vi que se había reunido con Trump”), pero reconoce una debilidad, algo que sí le gusta y a lo que dedica tiempo: “Me gusta mucho un programa de la BBC3 que se llama Late junction, ponen mucha música interesante y me interesa porque no siguen los esquemas tradicionales. A veces los escucho cuando estoy de vacaciones y mis amigos me piden que lo quite, pero para mí es una manera de obtener información, así que se queda puesto”, dice. Y además, sonríe.
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