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Baloncesto

Los compromisos sin anillo de Marc Gasol

El jugador, que acaba de ganar la NBA con los Toronto Raptors, defiende causas solidarias a través de la fundación que lidera con su hermano Pau y preside el Bàsquet Girona

Marc Gasol, en la celebración de la victoria de su equipo, los Raptors, en Toronto, el lunes.
Marc Gasol, en la celebración de la victoria de su equipo, los Raptors, en Toronto, el lunes.WARREN TODA (EFE)
Robert Álvarez
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Marc Gasol pidió casi perdón el día que firmó el gran contrato de su carrera. Así es él, así son los Gasol. “Personas sencillas, venimos de una familia sencilla, que no necesita mucho”, mantiene. Pero aquel 8 de julio de 2015, en el Ayuntamiento de Girona, donde confirmó la firma de un contrato por cinco años y un total de 110 millones de dólares con Memphis Grizzlies —es el que sigue activo con la opción de agotar la próxima temporada con Toronto Raptors—, expuso en tono embarazoso: “Es muchísimo dinero, más del que podía imaginarme nunca. Pero así es como funciona la NBA. Son cifras que dan vértigo”. Y concluyó: “Me dará más tranquilidad para las cosas que hago, podré ayudar más a la escuela de Girona y a mi Fundación, cosas que van más allá del baloncesto”.

Su compromiso social es de sobra conocido. Por sus allegados y por quienes han podido ver las imágenes de su participación en el rescate de una migrante camerunesa en aguas del Mediterráneo en julio del año pasado. La mujer nadaba entre los restos de una embarcación de goma destruida. Entre los pedazos de madera flotaba el cadáver de otra mujer y un niño. “Es inhumano, criminal. Estas personas deben ser rescatadas”, dijo a EL PAÍS aquel mismo día desde el Open Arms, uno de los barcos dedicados a esta tarea por la organización que dirige su amigo Óscar Camps. “Admiro a este tipo de personas, que hacen algo, que no esperan a que lo haga otro. Quiero ser un ejemplo para mis hijos, Julia y Luca”.

Marc Gasol con su hija Julia en la conferencia tras ganar el campeonato, en Toronto, el pasado sábado.
Marc Gasol con su hija Julia en la conferencia tras ganar el campeonato, en Toronto, el pasado sábado.Chris Young (AP)

Marc se casó con Cristina Blesa en julio de 2013, su pareja desde hacía siete años. Julia nació en plena disputa del Mundial de 2014 en Madrid. Su padre abandonó la concentración de la selección y viajó desde Madrid a Barcelona para asistir a su nacimiento. Regresó el mismo día del partido de los cuartos de final que perdió España ante Francia (52-67). “Hice un partido de mierda. Recuerdo que me criticaron mucho, la gente no entendió que me fuera a Barcelona, incluso hubo compañeros de la selección que no lo entendieron”, ha confesado ahora el pívot de Sant Boi en Bleacher Report. “Pero yo pensé que era mi vida y que yo tomaba mis decisiones. Lo volvería a hacer exactamente igual. Con esa experiencia me di cuenta de lo que es importante en la vida. De que no se trata todo de mí, tienes que hacer lo que crees que es mejor porque vas a tener que vivir con tus decisiones. No puedes quedarte pensando en qué habría pasado si hubieras hecho otra cosa”.

Tanto Pau como Marc mantienen una estrecha colaboración con el St. Jude Children Hospital de Memphis, un centro oncológico infantil. Allí han vivido experiencias muy intensas. “Estar jugando con una niña durante dos meses, que venga a verte a los partidos y que de repente se vaya. Eso te da otra perspectiva de la vida”, explicó Marc en El País Semanal de julio de 2012.

Los hermanos Gasol pusieron en marcha su fundación en 2013, y esta misma semana la Gasol Foundation se ha aliado con la que tiene el Fútbol Club Barcelona. La que lleva el nombre de los deportistas tiene como objetivo principal la lucha contra la obesidad infantil a través del impulso de los hábitos de vida saludables, una idea que promueven tanto en Estados Unidos y en España.

Marc es un defensor del medio ambiente y de las energías renovables. En 2017 viajó en un coche eléctrico para competir por tercera vez en su carrera en un All Star. Recorrió casi 700 kilómetros desde Memphis hasta Nueva Orleans en el Tesla Model X con el que se desplaza también cuando está en España y con el que ha viajado de Barcelona a Madrid.

El pívot catalán de los Raptors se ha aficionado a la horticultura. “Aprendes a entender el proceso, el trabajo que requiere dejar la tierra descansar, prepararla, plantar. Trabajar en el huerto te desconecta, te hace reflexionar y te relaja”, explica sobre una dedicación que mantiene en Castelldefels. Allí puede también practicar otra de sus aficiones, navegar y pescar. “Son lugares casi terapéuticos para mí. Mi mujer y yo somos patrones de barco. A veces salgo a pescar, a veces voy a la playa antes de que llegue nadie, y hago mi hora y media de kayak y me lo paso teta, yo solo. Disfruto”, afirma el jugador.

Su afición al baloncesto la canaliza también como presidente del Bàsquet Girona. Cuenta con un equipo en la Liga LEB Plata, que dirige su amigo y estrecho colaborador desde hace años, Alex Formento. Además, cuenta con seis formaciones de base, con chavales que van desde los 13 hasta los 18 años. Marc Gasol ve todos los partidos a través del vídeo y cuando está en Girona trabaja en los despachos y en las canchas. Edu Ramos, por ejemplo, es uno de los deportistas que ha completado el ciclo. Llegó al club cuando tenía 13 años y esta temporada ha jugado en el primer equipo junto a Jordi Trías, el exjugador del Barça y del Akasvayu, el más famoso de sus integrantes. “Es un lío, pero me ilusiona. Queremos ser un referente”, explica Gasol. “Me gustaría acabar jugando en Girona y haré todo lo que pueda para devolver a la ciudad y a su sociedad lo que me ha dado”. Así lo hizo cuando organizó, junto a Pau, un partido solidario con equipos formados por varias estrellas de la NBA y del baloncesto español en julio del año pasado. El arraigo de Marc en las ciudades donde ha jugado se puede ver también en Memphis donde los Grizzlies retiraron el número 33 en su honor y vivieron el anillo de campeón que acaba de conquistar con los Toronto Raptors como propio.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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