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El príncipe Federico de Luxemburgo muere a los 22 años a causa de una enfermedad rara

El hijo de Roberto de Luxemburgo y Julie Ongaro padecía POLG, un trastorno genético que priva a las células del cuerpo de energía del que fue diagnosticado a los 14 años

El príncipe Federico de Luxemburgo en una fotografía distribuida por la página oficial de Instagram de la casa real de Luxemburgo.
El príncipe Federico de Luxemburgo en una fotografía distribuida por la página oficial de Instagram de la casa real de Luxemburgo.
El País

El príncipe Federico de Luxemburgo, hijo de Roberto de Luxemburgo ―primo del actual gran duque, Enrique― y la princesa Julie Ongaro, ha muerto a los 22 años a causa de una enfermedad rara, la POLG. El fallecimiento se produjo el pasado 1 de marzo en París, según anunciaba días después su padre a través de un comunicado de la Fundación POLG, de la que Federico era fundador y director creativo, y cuyo objetivo era investigar sobre este trastorno genético crónico que priva a las células del cuerpo de energía, lo que causa disfunción y el fallo progresiva de múltiples órganos. “El pasado viernes 28 de febrero, en el Día de las Enfermedades Raras, nuestro querido hijo nos llamó a su habitación para hablar con él por última vez”, comparte Roberto de Luxemburgo a través de la página web de la fundación.

El mensaje con la noticia del fallecimiento del joven, publicado este sábado 8 de marzo, también ha sido compartido en el perfil de Instagram de la familia ducal de Luxemburgo, junto a una foto del príncipe Federico posando con Muschu, el perro de su hermana Carlota, y otra imagen de su infancia junto a sus padres y hermanos. “Federico encontró la fuerza y el coraje para despedirse de cada uno de nosotros por turnos: su hermano, Alexander; su hermana, Carlota; yo; sus tres primos, Carlos, Luis y Donall; su cuñado, Mansour; y, por último, su tía Carlota y su tío Mark. Ya le había dicho todo lo que sentía en su corazón a su extraordinaria madre, que no se había separado de él en 15 años. Después de regalarnos a cada uno de nosotros nuestras despedidas ―algunas amables, algunas sabias, algunas instructivas― al más puro estilo de Federico, nos dejó colectivamente con una vieja broma familiar. Incluso en sus últimos momentos, su humor y su compasión sin límites lo obligaron a dejarnos con una última risa… para animarnos a todos”, le recuerda su padre.

Federico era un miembro bastante desconocido dentro de la familia ducal, pero sus padres siempre han hablado abiertamente de su enfermedad para concienciar sobre este tipo de padecimientos. “Era un bebé que dormía mientras los demás corrían por todos lados. Más tarde se añadieron problemas de equilibrio y coordinación. Perdía cada vez más fuerza y enfermaba a menudo”, explicó recientemente Roberto al medio luxemburgués Virgule. Aun así, en esa misma entrevista, el primo del gran duque de Luxemburgo aseguraba que su hijo era sociable, tenía un gran círculo de amigos y siempre era el centro de atención en cada fiesta. “Es superpositivo y superalegre”, le describió también.

Las últimas fotos que se han compartido de Federico son las tomadas durante la boda de su hermana mayor, la princesa Carlota, que contrajo matrimonio con Mansour Shakarchi el pasado 28 de enero. “Como dicen sus hermanos y la mayoría de las personas que lo conocieron: ‘Federico es la persona más fuerte que conocemos’. Luchó valientemente contra su enfermedad hasta el final. Su indomable deseo de vivir lo impulsó a superar los desafíos físicos y mentales más difíciles. Nuestro alegre Federico vio la belleza en todo”, recuerda su padre en el comunicado de la fundación.

Según cuenta Roberto en el escrito, 300 millones de personas en el mundo sufren enfermedades raras, como la enfermedad mitocondrial POLG que padecía su hijo, y afirma que “las familias de los pacientes pueden no saber nunca de qué están sufriendo, ya que pueden ser identificadas muy tarde en su progresión”. A su hijo se la diagnosticaron a los 14 años. “La enfermedad POLG es un trastorno mitocondrial genético que priva a las células del cuerpo de energía, lo que a su vez causa disfunción y falla progresiva de múltiples órganos (cerebro, nervios, hígado, intestinos, músculos, función deglutoria y ocular, etc.). Se podría comparar con tener una batería defectuosa que nunca se recarga completamente, está en un estado constante de agotamiento y eventualmente pierde energía”, explica.

Roberto de Luxemburgo también detalla que la última pregunta que le hizo su hijo fue: “Papá, ¿estás orgulloso de mí?”. “Apenas había podido hablar durante varios días, por lo que la claridad de sus palabras fue tan sorprendente como profunda la intensidad del momento. La respuesta era muy fácil y la había oído muchísimas veces… pero en ese momento necesitaba la seguridad de que había aportado todo lo que podía en su corta y hermosa existencia y que ahora podía finalmente seguir adelante”, comparte.

Entre las muchas pasiones de Federico se encontraban la música (su hermano lo llamaba la gramola humana), el cine, la televisión (llegó a trabajar con una importante productora revisando guiones), la gastronomía, la naturaleza, los fósiles y minerales, la fotografía y el arte. Cabe destacar la adaptación americana de la serie de televisión The Office, que vio íntegramente más de 10 veces, según recuerda su familia en un apartado final que ha añadido después del comunicado. “Federico falleció el 1 de marzo de 2025 en París, Francia, la ciudad de las luces. Una luz se apagó, pero quedan muchas”, afirman sus seres queridos.

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