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Un megacolector para recuperar el lago Un lago consumido por las aguas residuales, una posible solución de dimensiones colosales, unos lugareños que dudan de las intenciones. Guatemala debate cómo salvar este recurso natural sin igual El lago Atitlán constituye la reserva de agua dulce más importante de la región. 300.000 habitantes, la mayoría indígenas mayas, viven en sus alrededores. Pero la contaminación se ceba con este recurso natural. La construcción de un megacolector que supuestamente limpiaría sus aguas enfrenta a una asociación con los vecinos, que consideran que la industria les va a arrebatar su bien más preciado. Para los lugareños, el lago tiene un significado espiritual. En la imagen, Maria Feliziana Ujpan Mendoza realiza rituales en la orilla del lago, en San Juan de la Laguna El agua corre sin filtrarse, directamente hacia el lago y supuestamente contaminada se conduce de regreso a los hogares para su consumo doméstico. El lago es la única fuente de agua para las poblaciones del sur de la cuenca, por lo que su mal estado representa un desastre para el medio ambiente y la salud. Científicos nacionales e internacionales debaten aún sobre la gravedad de la situación en el lago Atitlán. El Centro de Estudios Atitlán (CEA) lleva a cabo mediciones de manera regular desde hace diez años. La organización Amigos del Lago Atitlán trabaja en una posible solución a este problema: se llama megacolector y fue desarrollado por científicos de California. Con esta insfraestructura, las aguas residuales quedarían conectadas a un sistema de tuberías que se instalará a lo largo y ancho del lago. Maggie García tiene 28 años, es periodista y activista. Para ella, el megaproyecto no representa una solución, sino un problema mayor: “No estamos de acuerdo con que nos quiten el agua”. El lago representa un importante polo turístico, un motor económico para el país y, sobre todo, constituye la reserva de agua dulce más importante de la región Cada vez es más frecuente encontrarse con la proliferación de algas, o para ser más precisos, con el crecimiento exponencial de cianobacterias. Las cepas de algas parcialmente tóxicas se forman en los cuerpos de agua dulce cuando resultan contaminados por aguas residuales, pesticidas y fertilizantes. “Nosotros decimos no al megacolector”, se lee en un cartel de plástico colocado en el Salón Municipal de San Lucas. Sentados en sillas de plástico, consejos de ancianos, representantes juveniles y trabajadores del municipio dialogan sobre el gran conflicto que desencadenaría la realización del proyecto Existe un temor bastante difundido entre la población: que la energía y el agua limpia obtenidas gracias al proyecto no beneficien a la comunidad, sino a la industria azucarera y a las plantaciones de café. Maria Feliziana Ujpan Mendoza, una de las indígenas que duda del futuro de su pueblo si se llega a construir la megaestructura diseñada para depurar aguas y limpiar el lago.