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La intolerable violación de la intimidad de V.

Cómo linchar a una mujer por exhibir públicamente su sexualidad

El borregueo de los que viralizan la intimidad ajena convierte a la mujer en víctima.
El borregueo de los que viralizan la intimidad ajena convierte a la mujer en víctima.Julián Jaén

Cada uno de los que reenvían un vídeo de contenido erótico participan en el linchamiento de la mujer que aparece en él.

No tengo ni idea de lo que aparecía en el vídeo cuya difusión provocó el pasado día 25 el suicidio de V., una mujer de 32 años. Y trato de no enterarme de más datos de la triste noticia. A pesar de no ver apenas la tele, ya he escuchado al matador de toros Fran Rivera avisarnos a todas de que no mandemos jamás vídeos sexuales. Porque los hombres, ya se sabe, no pueden no exhibir a quien se follan. Se ve que a falta de buenas faenas, el torero resbala en derechos ajenos. Y algunas espectadoras de sus corridas (me refiero a las de toros) hasta lo justifican. Sí, señoras. También veo las imágenes de los compañeros de la mujer que se ha suicidado, y los leo "consternados". Estoy segura de que entre esos mismos que se concentraron, están también los que llevaban un mes acercándose a conocer "a la del vídeo" que se habían pasado unos a otros. A verle la cara después de haberla visto "hacer guarradas". "Sí, hombre, seguro que la recuerdas. Nos la encontramos el otro día en la máquina del café", se dirían.

La intimidad es la zona espiritual íntima y reservada de una persona. Donde solo entra quien esa persona quiere. A quien invite. Y que, al exponerse a otros que no han sido invitados, daña profundamente a esa persona. Pocas cosas se perdonan peor que el que no hayan respetado tu intimidad. Si quieren que sus hijos tengan un arma arrojadiza potente contra ustedes, cotilleen sus diarios. Sus hijos se enterarán. Nos enteramos siempre. El que atenta contra la intimidad ajena no puede evitar exhibir lo que ha descubierto, ya lo dice el contertulio cuyo único mérito es vender portadas de Hola. Por eso se viralizan las imágenes íntimas de alguien.

Nos gusta tener nuestras propias películas porno a las que recurrimos cuando queremos. Y ambos nos hemos masturbado viéndolas"
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Para muchas parejas grabarse en la intimidad forma parte de su relación. Alimenta el deseo de ambos, quienes recurren a esas imágenes para todo lo que se les pueda ocurrir, incluyendo las masturbaciones. Fomentar el deseo conlleva estas cosas. "Mi pareja y yo tenemos una relación a distancia", reconoce María Luisa, una mujer de la misma edad que la mujer que se suicidó en Madrid. "Aunque vivimos juntos, él viaja mucho, una media de cuatro días cada tres. Grabarnos teniendo sexo nos encanta y fingimos todo tipo de situaciones y recreaciones. Nos gusta tener nuestras propias películas porno a las que recurrimos cuando queremos. Y ambos nos hemos masturbado viéndolas". Lo que hace esta pareja, seguramente sea una de las cosas más sanas que existen. Mantienen su propio código, disfrutan juntos. Retroalimentan su relación. En el momento en el que esas imágenes las pones en conocimiento de alguien, estás meándote en la intimidad de quien lo hizo contigo.

Según Paz Lloria profesora titular de Derecho Penal de la Universidad de Valencia, los que difundieron el vídeo "no cometen el 197.7 del Código Penal. Pueden incurrir en delitos contra el honor o contra la integridad moral si se consigue demostrar que favorecieron su viralización" Al que encendió la mecha de la hoguera en la que la quemaron, sí. Dependerá si es el exnovio o no que pueda agravarse el delito. El sexting llegó a nuestras vidas para quedarse. Y habrá que echarlo a patadas. Me imagino a la mujer sentada en su mesa mientras uno, otro y otra más se paseaban por donde ella trabajaba para verle la cara de la que ya habían visto el culo. Cómo actúes cuando te llegue un mensaje de esta índole, demuestra tu implicación en la desgracia que padezca la protagonista. A la mujer de esas imágenes se la lincha. Al hombre se le aplaude. Así actúan los borregos. 

No vi el vídeo de Pedro Jota, no me interesó para nada el de Olvido Hormigos y ni siquiera rastreo el WhatsApp de mi marido por si me es infiel. Es probable que alguien pueda tener algún vídeo mío haciendo alguna de las mías. Que yo me haya enterado, no.  Pero he follado en la plaza del biombo, me he arrodillado en la calle para chupársela a alguno y he tocado tetas, así, en el baño. Lo mismo, estoy en alguno. A mí no me afectaría que salieran a la luz. Ni a mí, ni a mi pareja. Pero paséense por algunos conocidos foros de machitos si tienen estómago. Así ven cómo es la fauna que reenvía los vídeos que les llegan. Adjuntando el emoticono del cactus y gotas salpicando.

El machismo mata. Que se lo digan a los dos hijos de V., la trabajadora de Iveco.

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