9 fotosEl enigmático legado de un genio de las matemáticasAlexandre Grothendieck dejó 70.000 páginas manuscritas, que esperan en el sótano de una librería de París a ser tasadas y vendidasEl País13 may 2019 - 14:19CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceLos documentos de Grothendieck están en unas cajas polvorientas en un sótano mal iluminado en una librería de viejo en el barrio de Saint-Germain-des-Près, en París. Los expertos no saben si ahí se encuentra uno de los mayores tesoros de las matemáticas contemporáneas, o quizá un montón de papeles sin otro valor que el sentimental.Bruno ArbesúEn los últimos 23 años de su vida, Alexandre Grothendieck (1928-2014) garabateó obsesivamente, escondido como un eremita en un pueblo de 243 habitantes en el Pirineo francés. Las 70.000 páginas que dejó son el último misterio de uno de los grandes matemáticos del siglo XX.Bruno ArbesúGrothendieck nació en Berlín, hijo de revolucionarios, un ruso y una alemana que participaron en la Guerra Civil española. Fue niño refugiado y joven prodigio, trayectoria que culminó con la medalla Fields (el Nobel de las matemáticas) en 1966.Los papeles de Grothendieck —todos escritos a mano; algunos, encuadernados; otros, sueltos y desordenados— ofrecen una ventana al mundo único del reinventor de la geometría algebraica, un hombre que acabaría extraviado en los laberintos de su propia mente.Bruno ArbesúPrecursor del ecologismo radical, en 1991 abandona las clases en Montpellier y se instala en la aldea de Lasserre, en el Pirineo francés. A la manera de escritores como J.D. Salinger, corta amarras y escribe sin parar.Bruno ArbesúEntre los papeles del subterráneo, redactados en francés, alemán e inglés, hay matemáticas, química, física, religión, astronomía. Uno de los cuadernos es un listado, en letra minúscula y con signos incomprensibles, de los judíos deportados desde Francia a los campos de exterminio nazis, incluido su padre, Sacha Shapiro (él llevaba el apellido de su madre).Bruno ArbesúUn año después de la muerte del matemático, el librero Jean-Bernard Gillot recibió el encargo de los hijos de poner precio a los papeles y encontrarles comprador. En la noche del 14 al 15 de noviembre de 2015, los transportó desde los Pirineos a París, 10 horas de carretera. Ahora los guarda y busca comprador.Bruno ArbesúNadie sabe cuál podría ser el precio de estos documentos: se mencionan cifras con márgenes incongruentes, que van de los 45.000 euros a los cinco millones.Bruno ArbesúLas matemáticas de Grothendieck escapan a la comprensión de la mayoría de personas, pero, como afirma Philippe Douroux, experto en su figura, “sus trabajos están en el origen de las mayores herramientas de comunicación: lo digital, el teléfono e Internet”. “Yo pienso que es un tesoro quizá no matemático, pero sí humano”, dice Philippe Douroux. “Es un descenso a los infiernos del cerebro mejor organizado del mundo”.Bruno Arbesú