Comparativa | Los mejores rizadores de pelo del mercado

Si el mes pasado pusimos a prueba cinco planchas de pelo profesionales (puedes leer la comparativa completa aquí), ahora es el turno de los rizadores, ideales para crear peinados con rizos y ondas definidas y naturales. Sí; las planchas también permiten realizar este tipo de peinados. Pero los rizadores han sido diseñados para esta función de forma específica, por lo que los resultados suelen ser mejores y también más duraderos.

Si dais una vuelta por las tiendas online o las páginas web de las principales marcas con este tipo de producto, os encontraréis conque hay una amplia variedad de opciones. Es importante tener en cuenta que no todas son iguales en cuanto a su calidad: sus barriles (disponibles con distintos diámetros y formas, y con y sin pinza) suelen ser de un material metálico como el aluminio, que está recubierto de cerámica, turmalina o titanio. El grosor de ese recubrimiento tiene mucho que decir en los resultados que consigamos y, también, en el cuidado del cabello.

¿Qué modelos hemos elegido?

Como veréis más adelante, entre los modelos elegidos se encuentran las propuestas de marcas profesionales como GHD o Corioliss, pero también otras como Remington o Rowenta que tienen críticas muy positivas en la red y pueden encontrarse en una amplia variedad de tiendas online.

En concreto, en orden alfabético, los modelos seleccionados son: Corioliss Electrocurl (con una puntuación media de 9), GHD Creative Curl (9,25), Perfect Beauty Iron Squad 25 (8,25), Remington Proluxe (8), Rowenta Premium Care Precious Curls (7,75) y Sculp Tri-Tanium (8,25).

Así los hemos probado

Al igual que hicimos con las planchas de pelo profesionales, para afrontar las pruebas con garantías hemos recurrido a hacer distintos tipos de ondas y rizos (más cerrados o abiertos, ondas estilo surfero…) en una amplia variedad de cabellos: de media melena y largos; finos, de grosor medio y gruesos; lisos, ondulados y rizados… Del mismo modo, también hemos tomado la precaución de utilizar un protector del cabello para evitar daños por el calor.

Entre los aspectos que hemos valorado están:

• Acabado: el brillo, la suavidad y el pulido que dejan tras hacer los rizos.
• Versatilidad: la capacidad para hacer distintos tipos de rizos y ondas.
• Facilidad de uso: aunque la forma de uso es muy similar en todos los modelos, el movimiento de las manos no es siempre igual de fluido.
• Características adicionales: longitud del cable, posibilidad de ajustar la temperatura, accesorios incluidos…

El modelo ganador ha resultado ser el GHD Creative Curl. Aunque no posee regulador de temperatura, su barril cónico y ovalado hace los rizos más bonitos de todos los productos seleccionados. También son los que más duran.

GHD Creative Curl: el ganador

Si hay algo por lo que nos ha gustado este rizador es por el acabado tan natural y bonito que deja en el cabello. Se lo debe a su forma cónica, en la que el barril tiene distinto tamaño en la base (28 mm) que en la punta (23 mm) y no es completamente redondo, sino ovalado. Con un cable larguísimo que permite que podamos trabajar con total comodidad y recubrimiento cerámico, cuenta con en su extremo con una ‘zona’ segura para apoyar los dedos y sujetarlo mientras rizamos sin quemarnos. Por si acaso, en el paquete está incluido un guante térmico. Al igual que ocurre con la plancha GHD que probamos en nuestra comparativa, trabaja a una temperatura constante y homogénea de 185ºC. También emplea la misma tecnología predictiva de la que hablamos en su momento, que monitoriza la temperatura de la herramienta 250 veces por segundo para ir ajustándose al grosor del cabello, el tamaño del mechón elegido…

Aunque hubiera sido interesante que incorporara un regulador de temperatura, en este caso no lo hemos echado demasiado de menos, ya que si el pelo es muy fino es posible reducir el tiempo de exposición al calor y, cuando es muy grueso, aumentarlo. Para un pelo medio, con 6-7 segundos es más que suficiente. En cuanto a la duración del peinado, aguanta el primer día perfecto. Tras dormir y un cepillado, los rizos siguen definidos (un poco más abiertos, eso sí); sensación que se repite también al tercer día, aunque más relajados.

Las tenacillas de Corioliss permiten ajustar su temperatura entre 100 y 210 grados para adaptarse a los distintos tipos de cabello y cuentan con una pinza que sujeta el pelo mientras se procede al moldeado. La principal característica diferenciadora de este modelo es que tiene un pequeño motor que hace que el barril de cerámica gire sobre sí mismo para que sea mucho más sencillo enrollar los mechones a su alrededor. De esta manera, sólo hay que colocar el pelo y pulsar el botón correspondiente al giro a la derecha o a la izquierda —según queramos que sean los rizos— para que el propio rizador haga todo el trabajo. Solo hay que tener cuidado con no dejar demasiados segundos el cabello enganchado a la pinza, porque la zona de las puntas suele ser la más dañada y la que está más tiempo en contacto con el calor. Lo cierto es que es comodísimo: se tarda escasos minutos en peinar una melena completa. Los mejores resultados (tomando como referencia un cabello de grosor medio) los hemos notado con la temperatura a 200° y unos seis segundos de exposición al calor: el rizo es bastante cerrado, se percibe muchísimo brillo y una tecnología de iones negativos elimina el encrespado. Un detalle más: aunque en algunos modelos es habitual, con este rizador no queda la marca de la pinza en el pelo.

Es la más peculiar de todas en cuanto a su diseño porque, en lugar de la clásica forma de los rizadores, el mando y el barril están en un ángulo de 90º. Esto supone que la forma de utilizarlo sea muy diferente. La idea detrás de esta decisión es facilitar su uso profesional, reduciendo la tensión del hombro, el codo y la muñeca. Los controles, además, se sitúan justo en la zona de la unión: hay uno para encendido y apagado y otros dos para regular la temperatura entre 120 y 230 grados, que vienen a complementar la pantalla en la que se muestra toda la información.

Una vez acostumbrados a su uso, resulta muy sencillo rizarse la cabellera completa. Su barril con revestimiento de titanio tiene un diámetro de 25 milímetros y, por la forma de colocar la herramienta térmica, crea rizos mucho más cerrados que la competencia, por lo que todos aquellos que quieran un dispositivo para realizarse ondas es mejor que opten por otra opción. También cuentan con un modelo específico para rizos cerrados con 10 milímetros de diámetro.

Viene con tres barriles de tamaños diferentes que se conectan y retiran del mango de forma muy sencilla: basta con pulsar sobre dos botones situados en la parte superior del mango y extraer. Estos barriles se diferencian por su diámetro: propone uno cónico con 9-19 mm de diámetro para rizos muy definidos; otro de forma cónica y ovalada de 25-16 mm para rizos naturales y ondas; y un último más grande con 38-26 mm para rizos marcados y ondas profundas. De entre los tres barriles, nuestro favorito es el más grande. Con él se consigue un peinado más natural que dura todo el día.

Todos ellos tienen en común su recubrimiento de titanio y la presencia de tecnología iónica-infrarroja, que sella la cutícula del cabello y reduce el encrespamiento. Se puede configurar a tres temperaturas diferentes (120º, 180º y 220º) y, aunque tiene una zona para agarrar y no quemarse, la punta se recalienta, por lo que es recomendable utilizar siempre el guante térmico incluido.

Cuenta con un diseño con barril cónico con revestimiento de cerámica que da aspecto de producto premium. En la punta incorpora una zona engomada con un saliente para apoyarlo sin riesgo de quemar ninguna superficie. La utilidad de este elemento tras el uso queda completamente empañada por un inconveniente importante: una vez hecho el rizo, lo habitual es soltar el mechón y deslizar el rizador. Durante las pruebas, se quedaba enganchado continuamente, haciendo que el bucle no quedara perfecto.

Con posibilidad de regular la temperatura hasta 230º (tarda bastante en coger temperatura), cuenta con un modo Pro+ que reduce la temperatura de la placa de cerámica hasta 185º, cuidando más el cabello. Tras utilizarlo el pelo sigue suave y brillante, y las ondas duran entre 6 y 8 horas en buenas condiciones; a partir de ahí, comienzan a caer.

Es el único modelo de la selección que viene con una funda para proteger el dispositivo. El conjunto se completa con un guante térmico de grandes dimensiones para la mano completa.

Una de las opciones más recomendables cuando no se desea invertir mucho dinero en unas tenacillas. Este modelo con cono de 25 mm tiene muchas cosas buenas: su funcionamiento es muy sencillo, se calienta rápido y ofrece la posibilidad de establecer un temporizador que te avisa con un pitido cuando el rizo está listo (se activa de forma manual). De hecho, y según el tipo de cabello, se puede elegir entre 5, 8 y 10 segundos. Además, permite seleccionar la temperatura deseada (8 niveles entre 130 y 200 grados). Durante nuestras pruebas hemos detectado que es necesario hacer varios intentos para equilibrar tiempo y temperatura, ya que se corre el riesgo de que los rizos no queden marcados o que se castigue el cabello. Cuenta con una pantalla en la que se pueden ver todos los ajustes y cuenta con un recubrimiento de queratina y aceite de argán que aportan brillo y suavidad al cabello. Se nota algo, aunque tampoco es una característica determinante.

En el apartado de posibles mejoras tenemos que citar una importante: la duración del peinado. Con ella se consiguen uno rizos bastante sueltos, aunque no quedan demasiado fijos y se caen al final del día, pese a que se haya utilizado el tiempo de exposición máximo recomendado y una temperatura alta.

*Todos los precios de compra incluidos en este artículo están actualizados a 14 de mayo de 2019.