Meghan Markle blinda el parto de su primer hijo y rompe normas

La llegada de un bebé en la corte de Isabel II siempre ha sido un acontecimiento mediático, un buen motivo para llenar portadas y reafirmar los valores monárquicos que tanto abundan en el Reino Unido. Pero con la llegada de Meghan Markle a la casa real británica las cosas han cambiado. La que fuera actriz de la famosa serie Suits precisamente lo que quiere es pasar inadvertida en el momento en que llegue su hijo al mundo. Hace ya algunas semanas portavoces de palacio anunciaban que los duques de Sussex querían llevar el nacimiento del bebé de manera íntima y cuando lo hubieran celebrado lo comunicarían al mundo. No quiere Markle un espectáculo similar al que ha protagonizado tres veces Kate Middleton cuando llegaron al mundo: Jorge, Carlota y Luis. Es decir, un posado frente a la puerta de un hospital perfectamente peinada y vestida intentando ocultar las huellas de un parto. A su favor tiene que el niño será el séptimo en la línea de sucesión al trono y en esta posición el protocolo se relaja.

El secretismo que rodea la llegada del llamado bebé Sussex es tal que algunos medios británicos habían asegurado que el nacimiento ya se había producido y que de momento intentaban mantener el secreto. El jueves por la tarde, un portavoz de la casa real tuvo que desmentir que se hubiera producido el parto. Otros, sin embargo, han apostado por seguir los pasos del futuro padre y en concreto analizar su agenda de trabajo para determinar cuándo será el alumbramiento. .

Desde hace diez días está en Londres Doria Ragland acompañando a su hija. Esa fue la primera pista de que el bebé estaba al llegar. La propia Markle anunció hace tiempo que daría a luz a últimos de abril. Así que en estos días la alerta es máxima. El domingo hasta última hora no se confirmó la presencia de Enrique de Inglaterra en el maratón de Londres donde era el encargado de entregar los premios. Su hermano Guillermo aseguró ese día desde Nueva Zelanda que la llegada de su sobrino era "inminente". E incluso se ha sabido de la visita de Isabel II a la duquesa de Sussex para interesarse por su estado.

La reina nació en la casa de Mayfair de sus abuelos y dio a luz a sus cuatro hijos en el palacio de Buckingham o en Clarence House. Markle también desea hacerlo. Sin embargo, los médicos que la atienden consideran que al tratarse de una mujer mayor de 35 años debería tener a su bebé en un hospital, ya que a esa edad es más probable una cesárea. Un amigo de la duquesa ha desvelado que la intención de esta es parir en casa, ya que goza de buena salud y desea la máxima intimidad, la que le puede dar su casa en el campo. Desde hace días hay una ambulancia aparcada cerca de la propiedad y un helicóptero sobrevuela la zona.

La futura madre ha elegido sus médicos dejando a un lado la tradicional participación del equipo de especialista de la reina, los cirujanos ginecólogos Alan Farthing y Guy Thorpe-Beeston, considerados entre los mejores del sector. "Cuando se trata de dar a luz, cada mujer tiene que decidir qué es lo mejor para ella y qué es lo mejor para su bebé. El equipo de la reina estará involucrado, pero aún no se ha decidido cuánto", dijo uno de ellos.

La última pista y parece que definitiva sobre el bebé ha llegado en las últimas horas cuando desde palacio se ha anunciado un viaje oficial del príncipe Enrique a Holanda el día 7 de mayo. Para entonces el niño habrá nacido. Un comunicado oficial lo anunciará.