Bajo el seudónimo de Elisabeth Blume se esconde una florista y paisajista que ha revolucionado el universo de los arreglos florales. Blume apuesta por esos pequeños tesoros que se recolectan durante paseos y viajes, por el campo y por la playa, y pueden convertirse en objetos decorativos únicos. A partir de ellos, con mucha imaginación y una atrevida mezcla de materiales naturales, crea un universo propio. Estas son cinco propuestas de paisajismo doméstico salidas de su mano que, además de adornar, integran nuestros recuerdos en el entorno en el que nos movemos y transcurre nuestra existencia.
‘WABI SABI’ DE TRADICIÓN ESPAÑOLA Mezclando restos de palmas de Semana Santa con flores secas se puede hacer un arreglo floral de inspiración japonesa, pero llevado a nuestro terreno. Los jarrones y la tabla de cortar de cerámica son de Bureau Mad, y las herramientas de cerámica, de Bravo Morris.MEMORIA PRESERVADA Musgo, piedras, setas, plantas secas y algunas rarezas naturales componen este extraño paisaje en miniatura, guardado como una reliquia en una vitrina.RAMO MARINO Con el recuerdo de los souvenirs playeros en mente (esas cajas o marcos recubiertos de conchas que no faltan en ninguna tienda de cualquier paseo marítimo), una jarra de barro con ramas secas puede transformarse en un peculiar arreglo floral perenne. Basta con recubrir las ramas con flores secas, conchas, caracolas y flores hechas con arcilla. La jarra de barro es de Bureau Mad.LÁMPARA DE PALMA Con palmas del Viernes Santo se puede fabricar una lámpara tipo chandelier llena de flores y trenzas. Los jarrones son de Bureau Mad.BARRO Y MUSGO Unas pellas de barro sirven de base para crear un pequeño paisaje natural sobre cualquier superficie. Se van clavando sobre la arcilla flores secas y preservadas, pequeñas plantas como crasas colgantes y cactus —que vivirán bastante tiempo gracias a la humedad del barro— y otros elementos naturales recubiertos por musgos de varios tipos.