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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

#ContrataAMIpadre o el fracaso de los servicios de empleo

El gran desafío sigue siendo articular unas políticas activas de empleo y medidas para rescatar de la depresión y el olvido a los parados de más de 50 años que no encuentran trabajo

Milagros Pérez Oliva
Captura de pantalla del video publicado en Youtube 'Contrata a mi padre. Esta es la realidad del empleo en España'.
Captura de pantalla del video publicado en Youtube 'Contrata a mi padre. Esta es la realidad del empleo en España'.

"Me llamo Jordi Pascual y este es mi día a día”. El vídeo muestra cómo un joven de 26 años se levanta, se asea y se pone a buscar trabajo, como dice que hace cada día de la semana desde hace tiempo. Puede acreditar tres licenciaturas, varios cursos y una dilatada experiencia en gestión y administración de empresas. Por fin recibe una llamada para una entrevista. ¿Cómo es posible que, con la experiencia y el currículo que tiene, esté usted buscando trabajo?, le pregunta el entrevistador. En su lugar, al otro lado de la mesa aparece otra persona: “Porque tengo 59 años”. Quien responde ya no es Jordi Pascual hijo, sino Jordi Pascual padre, a quien en realidad corresponde el currículo del que hablan.

Esta historia muestra que lo que no han conseguido en nueve años los servicios públicos de empleo lo ha conseguido un vídeo que se ha hecho viral en las redes. “El tópico dice que los padres tienen que ayudar a los hijos... Pero la situación me ha obligado a hacer este vídeo para ayudar al mío. ¿Me echas una mano para compartirlo?”, tuiteó Jordi Pascual hijo el 3 abril después de colgarlo en YouTube. Efectivamente, desde que en 2008 estalló la crisis, muchos padres han tenido y tienen que ayudar a sus hijos porque no encuentran trabajo o, si lo tienen, el salario no les alcanza para vivir. Lejos de acabar con la dualidad del empleo como prometían, lo que han conseguido las dos últimas reformas laborales es condenar a muchos jóvenes a la precariedad y dejar en la cuneta a quienes, como Jordi Pascual padre, tuvieron la mala suerte de ser despedidos con 50 años.

“Al cabo de un tiempo, te desanimas, interiorizas el rechazo y te hundes. Sientes que ya no eres útil, te has vuelto invisible”, explica. Gracias al vídeo viral ha recibido varias ofertas de empleo. Se siente orgulloso de su hijo y feliz. Pero ¿cuántos más hay que no pueden salir del pozo porque los programas de los servicios públicos de empleo son un fracaso en este país y tampoco tienen un hijo con capacidad o iniciativa para hacer un vídeo viral? ¿Y cuántos lo conseguirían si ahora quisieran emularle? El éxito que depende del ingenio y la sorpresa en las redes suele funcionar solo una vez.

El gran desafío sigue siendo articular unas políticas activas de empleo dignas de ese nombre y medidas para rescatar de la depresión y el olvido a los parados de más de 50 años que no encuentran trabajo.

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