Pertenezco a ese 8%
Estudio en Edimburgo y el primer día tras la convocatoria de elecciones me presenté en el consulado para rogar mi derecho a voto. Y parece que mis ruegos no fueron suficiente; quizá debería haber suplicado por el derecho fundamental de una ciudadana en una democracia. El plazo para recibir la documentación ha terminado y mi buzón sigue tan mudo como siempre, en esta época de conexiones instantáneas. Y callando a mi buzón me silencian a mí, me arrancan la opción de decidir el futuro que quiero encontrar a mi regreso, de quizá sentirme orgullosa de quien me representa. Yo no necesito que nadie me convenza de participar en los comicios. Y, sin embargo, mi pequeña contribución nunca llegará a la urna.
Ana Díaz Vidal
Edimburgo (Reino Unido)
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