Dolor crónico en niños: qué es y cómo mitigarlo
La psicóloga infantil Rachael Coakley, profesora de la Escuela de Medicina de Harvard, asegura que el objetivo es tratar de ayudar a los padres a comprender los tratamientos
El umbral del dolor es distinto en cada persona. Nunca llegamos a saber lo que somos capaces de soportar hasta que nos enfrentamos a un dolor agudo, y, aun así, nos queda la duda de qué sería lo máximo que podríamos aguantar. Con muchos más años de vida, los padres podemos llegar a intuir qué sienten los niños o nuestros hijos cuando sufren fuertes dolores de distinta índole, pero ¿qué sabemos de los dolores derivados de las patologías crónicas y el dolor agudo y constante? ¿Cómo podemos ayudar a los niños con dolores crónicos a mitigar su agonía?
Por un lado, El Centro para la Investigación del Dolor en Niños pone a disposición de los padres distintos recursos sobre cómo saber cuando los bebés y los niños padecen dolor, cómo se desarrolla y cómo funcionan los analgésicos. Asimismo, la American Pain Society es una comunidad multidisciplinar que reúne a un grupo diverso de científicos clínicos y otros profesionales para aumentar el conocimiento del dolor y transformar las políticas públicas y la práctica clínica para reducir el sufrimiento relacionado con el dolor. Sin duda, estos son algunos de los primeros pasos para entender, tratar y ayudar a los niños que lo sufren. Sin embargo, el tratamiento psicológico resulta también crucial y de mucha ayuda a la hora de tratar a los pequeños que sufren dolores crónicos.
La psicóloga infantil Rachael Coakley, experta en el manejo del dolor y profesora de la Escuela de Medicina de Harvard, asegura que el primer objetivo es tratar de ayuda a los padres a comprender que los tratamientos psicológicos se encuentran entre las mejores herramientas para reducir el dolor crónico, independientemente, de lo que lo esté causando. "Además, de aprender a reducir la sensibilidad al dolor, las estrategias basadas en la psicología se dirigen a modificar la forma en que pensamos sobre el dolor". Coakley refleja en su libro When your child hurts distintas estrategias y habilidades para mitigar el dolor de los niños, así como para ayudar a los padres con el posible retraso de sus hijos en el colegio, la alteración del sueño o los problemas con otros compañeros.
Técnicas psicológicas básicas
Algunos estudios demuestran cómo el impacto que producen algunos dolores como el abdominal, el de cabeza o el musculoesquelético puede disminuirse con intervenciones que tienen su origen en la psicología. Y entre ellas, la meditación guiada. Este es tan solo un paso, pero muy grande, para reducir el dolor: meditar a través de respiraciones profundas y la atención plena reduce el dolor y las dificultades relacionadas en torno a él, como la falta de sueño y la ansiedad. "Además de aprender a reducir la sensibilidad al dolor, las estrategias basadas en la psicología se dirigen a modificar la forma en que pensamos sobre el dolor", explica Coakley.
Estas herramientas son también útiles y ayudan a relajar la mente de un niño que tiene que volver al colegio después de un periodo de baja por una crisis. La psicología del dolor interviene enseñándole a un niño las habilidades de relajación de la mente y el cuerpo para reducir la sensibilidad al dolor, abogando por las adaptaciones escolares de apoyo y desarrollando un plan paso a paso para aumentar la actividad escolar. "Es fácil entender cómo el dolor continuado en un niño resulta una experiencia aterradora para él. Ayudarle a que no se convierta en un dolor innato es otra de las estrategias, pues el miedo innato al dolor en realidad amplifica la señal de dolor que conduce a, todavía, más molestias físicas", continúa la experta.
Estudios médico-científicos para tratar el dolor crónico en niños
Comprender cómo el dolor se convierte en un trastorno crónico es esencial para prevenir este estado de salud en los más pequeños. El Consejo Sueco de Evaluación de Tecnologías de la Salud, recapituló en una investigación, exclusivamente, los métodos para tratar el dolor crónico. Y entre ellos:
- La rehabilitación multimodal o una combinación de intervenciones psicológicas y la actividad física o terapia física, mediante lo cual, el dolor disminuye de forma considerable.
- La terapia cognitiva conductual produce una mejor función social y física, así como un 25% más de capacidad para hacer frente a los pacientes con dolor crónico que otras terapias conductuales, medicamentos y fisioterapia
- Uso de fármacos: paracetamol, medicamentos antiinflamatorios, opioides, tramadol, siempre dependiendo de cada tipo y grado de dolor.
- Instrumentos médicos: La estimulación de la médula espinal, la radiofrecuencia, el ejercicio físico, la relajación, la biorretro- alimentación, el masaje, la manipulación o el tratamiento mediante fisioterapia.
- Otros métodos: La balneoterapia (baños de lodo o minerales) reduce el dolor musculoesquelético crónico en un 20-30%.
El dolor crónico en niños es un tema de estudio continuo. El año pasado, la Obra Social La Caixa abordó durante una de las jornadas en El Futuro de la Medicina: el dolor crónico infantil sobre cómo las nuevas tecnologías ayudan a mejorar la calidad de vida de los jóvenes y niños con dolores crónicos.
Además, un estudio del mes pasado, realizado por científicos de la Universidad de Carolina del Norte, y publicado en ScienceDaily, ha descubierto ya cómo estimulando una región del cerebro con una corriente alterna débil de electricidad, se mejoran los ritmos cerebrales naturales en esa región, y se disminuyen poderosamente los síntomas asociados con el dolor crónico de espalda, en este caso.
Otro de los métodos bastante eficaces para Coakley, es entrenar el cerebro para que piense sobre el dolor de manera diferente "Cuando los niños pasan de pensar, 'Este dolor es insoportable', a pensar, 'Hoy es un día difícil', casi de inmediato tienen menos miedo y, a su vez, comienzan a sentirse mejor físicamente. Se alienta a los niños a continuar con su rutina diaria, incluso, cuando el dolor está presente. Algunos temen que esto podría exacerbar el dolor. Sin embargo, nuestra mente y nuestro cuerpo están equipados con la capacidad de volver a cablear y adaptarse", agrega.
El dolor crónico en los niños y en los más mayores
Las personas mayores, al igual que los niños con ciertas enfermedades, sufren dolores crónicos. Esto es inevitable. Sin embargo, se suele dar más por hecho que los dolores que padece la gente mayor son "normales", cuando en estos casos, la atención que requieren es la misma que la que pudiera necesitar un niño. Y no solo eso, sino que todos, con el paso del tiempo, vamos a llegar o a acercarnos a la tercera edad, por lo que, tarde o temprano vamos a enfrentarnos con dolores progresivos y constantes.
Los niños, de base, cuentan con el apoyo incondicional y continuado de sus padres, y no siempre es tanto así con las personas mayores, lo que repercute en su estado emocional y, por ende, también en su estado físico. Frente a esto, la neuropsicóloga Sara de la Peña Espí, del Centro de Mayores, asegura que muchos mayores padecen de dolores crónicos que afectan a su estado de ánimo. “El apoyo familiar, el llevar a cabo actividades agradables y el practicar técnicas de relajación, entre otras cosas, hace que esos dolores sean más llevaderos”, asegura.
“Sin nada atractivo y motivador a su alrededor, al igual que los niños, se enfocan más en el dolor”, concluye.
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