Así puedes ayudar a tu hijo a que se adapte a un cambio de vida
Un nuevo rumbo en la rutina de los niños puede enriquecer su camino con nuevas experiencias, aunque les lleve un tiempo adaptarse a los cambios
La infancia, en general, es un buen momento para llevar a cabo un cambio de rumbo que implique trasladarse de ciudad, cambiar de casa o estrenar colegio. Los niños entre tres y 10 años son más adaptables a salir de su zona de confort y cambiar de vida. No obstante, al igual que los adultos tendrán su proceso de adaptación a las nuevas circunstancias, que conllevará un esfuerzo. Desde casa, ciertas pautas pueden facilitar el camino de los pequeños en el tránsito a su nuevo entorno, entre ellas, las que explica la psicóloga Gema José Moreno:
- Exponer con claridad y positivad las razones del cambio vital e incluir al niño/a dentro del proceso. Centrarse en las ventajas que obtendrá con el traslado de ciudad, barrio o colegio. Como en el caso de conocer otros amigos, tener una habitación más grande, un jardín donde jugar o conocer lugares nuevos que podrá disfrutar.
- Fomentar el diálogo sobre el cambio. La imaginación del niño puede dar mucho de sí. Hablar del tema en casa ayuda a disolver miedos y resolver las dudas que puedan surgir ante el cambio de vida.
- Posponer nuevos retos y cambios en la vida del niño para evitar saturarle. Situaciones como aparcar los pañales o adaptarse a un comedor escolar implican un esfuerzo para los pequeños, que conviene que no coincidan con un cambio de ciudad, colegio o casa.
- Implicar al niño en los cambios que se avecinan para así despertar la ilusión ante el nuevo camino a recorrer. Entre otras cosas, se puede consultar con los pequeños cómo les gustaría que fuese su habitación o qué maleta usarán para el guardar sus cosas.
- Facilitar la despedida de los amigos del niño/a con un encuentro del grupo en el nuevo hogar, si es posible.
- Concertar una cita con el tutor del nuevo colegio para presentarse y que conozcan la situación familiar de cambio.
- Procurar una adaptación horaria al centro escolar progresiva. Un horario reducido en el colegio durante los primeros días del curso ofrece a los pequeños un margen para el tránsito hacia el horario completo.
Cómo montar una red social para favorecer la integración del niño/a nuevo del barrio
La buena relación con los nuevos niños del colegio y del barrio es un gran apoyo para facilitar la adaptación de los pequeños a un nuevo entorno escolar y doméstico. Favorecer unas relaciones sociales satisfactorias para el niño/a nuevo que estrena ciudad, colegio, casa e incluso país es posible con pautas como las que indica Carla Valverde, psicóloga del Centro de salud mental de Alcobendas:
- Involucrarse en las actividades comunitarias ayudará al niño/a a hacer nuevas amistades como las que se organizan en centros sociales, municipales, actividades del barrio o iniciativas de ocio a través de asociaciones.
- Conocer a otras familias del nuevo entorno enriquecerá el entorno social del pequeño.
- Enseñar a nuestro hijo/a formas de establecer nuevos vínculos. Mostrarle cómo puede acercarse a un grupo de niños y solicitar jugar o unirse al grupo, cómo compartir sus experiencias e intereses o proponer un plan a otros niños dota de herramientas útiles para hacer nuevos amigos.
- Apuntar al niño a una actividad de su interés. De este modo, se relacionará con niños con los que es más fácil que se identifique. Si es una actividad que conoce y se le da bien, le aportará seguridad y autoconfianza.
- Invitar a los compañeros a casa para conocer nuevos niños. Un encuentro con los compañeros de clase a pasar la tarde en casa o hacer alguna actividad compartida, facilita que el resto de alumnos tengan una actitud de apertura ante el nuevo compañero/a y que los vínculos entre ellos se afiancen.
- Mantener el contacto con las antiguas amistades ayuda a entender al niño/a que mantiene sus amistades y las puede conservar aunque cambie de entorno.
Cuando surge alguna dificultad para que el niño/a se adapte al cambio de vida
Acostumbrarse a los cambios conlleva un esfuerzo tanto para niños como para adultos. El entorno escolar suele ser el que provoca más inseguridades y temores en el niño/a y más si se trata de un colegio nuevo. Pueden presentarse incluso síntomas físicos, como “dolor abdominal o de cabeza justo antes de tener que ir al colegio e, incluso, si son más pequeños puede haber rabietas o actuar como si tuviesen menos edad de la real. Todo ello suele ser pasajero y se soluciona con tiempo. No obstante, si se detecta que el miedo aumenta y no se avanza en la adaptación al nuevo entorno, se puede consultar con un especialista en el tema” Comenta la psicóloga, Gema José Moreno.
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