Susie Lindberg nació y vivió en Finlandia hasta los 14 años. “A esa edad murió mi padre y mi madre me envió a un internado en Suiza”. Quería estudiar interpretación y con 18 años se mudó a Barcelona para aprender castellano. Hoy, asentada en Madrid, asegura que habla con fluidez finés, sueco, francés, inglés, alemán y español.
“Llegué a la España del franquismo cuando, para evitar las revueltas estudiantiles contra el régimen, la universidad cerraba con frecuencia. Así que empecé a hacer pequeños trabajos de modelo”. Guapa, alta, rubia y de ojos azules, no tardó en protagonizar anuncios. “Recuerdo el de medias Glori”, dice enseñando una foto de aquello en su Instagram.
Se ha codeado con los grandes de la moda. A los 22 años fue modelo de Coco Chanel (“durante los dos últimos años en activo de la diseñadora”). Y en 1970 abrió con su primer marido la tienda de Saint Laurent en Barcelona. En su móvil guarda fotos cenando en casa del modista a principios de siglo.
Lindberg y su entonces marido vivían en Marruecos, pero en los meses más calurosos disfrutaban de las fiestas de la jet set europea en Marbella (“los setenta allí fueron una época fabulosa”). Con él tuvo a su hijo mayor, Alejandro, que hoy tiene 49 años. Con su segundo esposo tuvo a Felipe, de 45. “Hoy tengo cuatro nietos. El de 15 años quiere ser modelo y creo que es un error. Debe estudiar primero”.
Prefiere no decir su edad, pero supera los 70. Durante la sesión, no se despega del móvil. “He montado un negocio de complementos y joyas que yo misma diseño. Tengo un showroom en mi casa de Madrid y vendo bastante en mi Finlandia natal. Pero no tengo web. Así que vendo directamente a través de Instagram”.
— CRÉDITOS MODA:
Camisa de Massimo Dutti, pantalón de Adolfo Domínguez, collar de perlas, pendientes con piedras semipreciosas y brazaletes en plata dorada, todo de su propia firma, Susie Lindberg.