Escapadas a la playa Suele ir a pasear o correr por la playa de Barcelona con su galga Tiny. “Solo si no hay gente, claro”. En la foto, con gabardina de crepé y algodón de Salvatore Ferragamo, vaqueros de Levi’s para Zalando y mochila en canvas naranja con detalles en piel de la colección Eye Nature, de Loewe. — El modelo Oriol Elcacho se levanta a las siete de la mañana. Sale a correr con su galga, Tiny. Vuelve a casa, se arregla y responde a unos cuantos correos electrónicos. Luego va a la reunión de trabajo o a la sesión de fotos que toque y encuentra como sea un hueco para el deporte (correr, nadar o montar en bici), sus amigos y su pareja. Esta rutina diaria es un lujo para el catalán, acostumbrado hasta hace poco a la vida nómada de los modelos, con agendas imprevisibles, largos viajes, campañas comerciales y eventos ineludibles. Una aventura que comparte desde 2006 con su pareja, la también modelo Davinia Pelegrí, y que ha desembocado en esta vida más tranquila en Barcelona, con planes de mudarse a las afueras. “Después de tantos años instalados en ciudades como Nueva York o Milán, apetece disfrutar de la calma y la naturaleza”, cuenta. Los fines de semana, la pareja hace senderismo, siempre acompañada de Tiny. “La adoptamos en 2017. Llegó con heridas físicas y psicológicas que han tardado en cicatrizar”. A Elcacho y Pelegrí siempre les habían gustado los animales (“De hecho, Davinia estudió Ciencias Medioambientales y eso nos ha acercado mucho a la naturaleza”), pero no habían podido cuidar de uno antes.
Elcacho tenía apenas 20 años cuando un cazatalentos le fichó y cambió sus estudios de Comercio Internacional por la moda. La decisión parecía arriesgada en una época en la que pocos conseguían una trayectoria internacional, pero a él le fue más que bien. Ha sido imagen de Bulgari, Custo, Cavalli, Galliano, Polo Ralph Lauren y Valentino. Ahora, a punto de cumplir 40 años y consciente de lo efímero de una profesión en la que el físico determina la duración de su carrera, ha empezado a buscar nuevos campos de acción. “La moda sigue siendo un porcentaje alto de mi trabajo, pero ahora estoy metido en varios proyectos empresariales”. El primero arrancó en 2015: la creación del vino Traca i Mocador con su viejo compañero de colegio Josep Borràs. El segundo, hace dos años, con la firma de sastrería B Corner Madrid. “Mi labor se centra en la parte creativa y comercial. Llevo media vida protagonizando campañas con las que alguien quería contar una historia. He trabajado mano a mano con las figuras más relevantes de esta industria, como Ralph Lauren, y en este sector desarrollas buen ojo estético. Ahora aplico todo lo que aprendí en estos 20 años de profesión”. Su ajetreado día a día se parece hoy al de muchos hombres y no tanto al de otros modelos. A diferencia de la mayoría, no vive pegado a su instagram. Tiene perfil, claro. Y más de 15.000 seguidores. Pero su cuenta es privada. “Las redes sociales son un arma de doble filo. Creo que la sobreexposición puede perjudicarnos, por eso la privacidad importa tanto”.
Texto de Sara Cuesta Torrado — Asistente de estilismo: Almudena Cañedo. Maquillaje y peluquería: Paco Garrigues (de Kasteel) para Sisley y Bumble and Bumble. Producción: Lighthouse. Agradecimientos: hotel The Barcelona Edition y Noak Room Furniture Store.