Tras el 8 de marzo

Siento orgullo de formar parte de una sociedad que se sitúa a la vanguardia en la reivindicación de un movimiento que está cambiando el mundo y construyendo un futuro mejor para todos, no solo para nosotras. El feminismo es un camino ineludible que nos mejora a todos, y me enorgullece formar parte de un país que lo ha entendido tan profundamente y tan bien. Como me enorgullece que esta sociedad a la que pertenezco esté a la vanguardia de cosas tan dispares, pero tan necesarias y profundamente buenas, como la igualdad de género, la generosidad en los trasplantes, una transición democrática ejemplar, el arraigo familiar y tantas otras cosas. Frente a tanto discurso de odio, no es solo el orgullo, sino la esperanza, por comprobar que somos tantos los que entendemos que el feminismo es un simple acto de reivindicación de justicia en el que todos cabemos y en el que caminaremos con lo mejor de cada uno.

Lola Martínez Goytre. Madrid

Las manifestaciones de mujeres recorrieron las ciudades españolas para reivindicar el feminismo. Hacía falta. También hace falta que el feminismo por el que se lucha en la calle se imponga en las casas, de puertas para adentro. En los hogares aún no ha triunfado el feminismo; lo mismo sucede en las empresas. El feminismo brilló en las manifestaciones en toda su pluralidad: mujeres de todas las edades, mujeres de distintas ideologías. Simplemente mujeres. La importancia del género femenino quedó patente en Parlamentos autonómicos donde no había cuórum en las comisiones. La huelga de mujeres se hizo notar. Las parlamentarias del PP estaban en huelga. Una buena noticia. Espero que el señor Casado vaya feminizándose también. Ahora hay que seguir.

María Rey. A Coruña