Holanda investiga la muerte de 20.000 aves marinas aparecidas en sus costas
Los araos muestran signos de inanición y los expertos investigan si murieron por ingerir parte de la carga de un buque accidentado
La marea ha arrastrado en los últimos días a las costas de Holanda unos 20.000 araos muertos. Las aves marinas, caracterizadas por sus picos largos y puntiagudos, han aparecido en las islas Frisias, al norte del país, y también al suroeste, en la región de Zelanda. Otros centenares más, muy débiles, se recuperan en centros de atención a los animales. Expertos de la universidad de Wageningen investigan la situación, porque los araos muestran síntomas de inanición aunque en estos momentos hay suficientes arenques y espadines en las aguas de la zona, que es la dieta habitual de estas aves además de los crustáceos.
“No habíamos visto algo así en las dos últimas décadas. Hay rastro de sangre en los excrementos de las aves enfermas, un posible signo de que la desnutrición pudo atrofiar sus órganos”, señalan portavoces de Wageningen, donde se preparan ya para analizar a fondo un centenar de cadáveres. La población de araos del mar del Norte no está en peligro, porque según el centro de investigación suma unos dos millones de ejemplares, pero la extrema delgadez y debilidad de tantas aves sí provoca alarma.
Los animales que han podido ser rescatados con vida siguen una dieta a base de arenque y vitaminas, y permanecen en refugios con calor. En Wageningen admiten que es "inevitable" ver correlación entre la suerte de los araos y el accidente del buque portacontenedores MSC Zoe, uno de los mayores del mundo, que perdió parte de su carga en altamar el pasado enero. Aun así, los investigadores desconocen si las aves ingirieron plásticos del flete o parafina, que también ha aparecido en las costas.
Registrado en Panamá y propiedad de la firma Mediterranean Shipping Company, con sede en Ginebra, del MSC Zoe cayeron al agua cerca de 345 contenedores a la altura de las islas Frisias. El naufragio se debió al fuerte viento durante una tormenta. A la mañana siguiente, las playas aparecieron llenas de restos de la mercancía: desde piezas de automóvil y televisores a juguetes y muebles. También se encontraron dos sacas de peróxido en polvo, un producto químico tóxico.
En total, aparecieron a la deriva o en la orilla 35 contenedores. Los guardacostas holandeses suponen que el resto se hundió y los buscan todavía con ayuda de aparatos de sonar, que detectan la presencia de objetos sumergidos. El MSC Zoe cubría la ruta entra Portugal y Alemania, y guardas costeros alemanes y escoceses rastrearon a su vez la zona.
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