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el médico de mi hij@
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Un niño que lee será un adulto que piensa

Para poder viajar, para poder compartir con ellos momentos de calidad, alejados de las prisas y los quehaceres diarios, los libros son perfectos

Una madre lee un cuento con su hija.
Una madre lee un cuento con su hija. getty

Una visión rápida de la infancia de hoy en día nos devuelve realidades, en las que poco o nada favorecen el desarrollo de oportunidades para el crecimiento y la estimulación la creatividad y la imaginación, cada día más acostumbrados a las pantallas, ocupados con extraescolares y deberes, juguetes cada vez más sofisticados y como consecuencia vamos aparcando, sin darnos cuenta, costumbres tan sencillas como leer un cuento.

Es más fácil estés donde estés, mires donde mires, encontrar un adulto con un dispositivo electrónico que con un libro en la mano.

Si tenemos en cuenta que en educación no hay nada más poderoso que el ejemplo, propongo como propósito para el nuevo año, que empecemos por recuperar el hábito de la lectura en nuestros hogares y hagamos participe de ellos a nuestros hijos incluyendo en su rutina la lectura de un cuento:

Para poder viajar, para poder compartir con ellos momentos de calidad, alejados de las prisas y los quehaceres diarios, para llevarles a todos esos lugares donde solo la imaginación puede llegar.

¿Por qué es importante inculcar este hábito en los niños?

¿Qué súper poderes tienen los cuentos?:

Y además ayudan a que los niños puedan entender mejor el mundo.

En momentos difíciles puedes encontrar un excelente recurso para resolver cualquier problema o contratiempo que surja en su día a día.

Dime qué te preocupa y te ayudo con un cuento:

Niños que tienen miedo: Fuera de aquí horrible monstruo verde, Yo mataré monstruos por ti, y Mi Edo.

Hablar a los niños de la muerte: Para siempre, Efímera, El árbol de los recuerdos.

Para trabajar emociones: Abecemociones, Así es mi corazón, y Adivina cuánto te quiero.

Para trabajar la amistad: Grandes amigos, La ovejita que vino a cenar y Sopa de calabaza.

Cuentos sobre valores: Wonder, Elmer, El Monstruo Rosa, Si yo tuviese una púa, y Te quiero (casi siempre).

Cuentos sobre celos infantiles: Tú y yo el cuento más bonito del mundo, Todos sois mis favoritos, y Cuando estoy celoso.

Para el control de esfínteres: Puedo mirar tu pañal, El orinal de Lulú, y Todos hacemos caca

Para relajarse: Tranquilos y atentos como una rana, y Cierra los ojos Ona.

Cuentos sobre rabietas: Vaya rabieta, Tengo un volcán, y Los tentáculos de Blef.

Para empezar con los más pequeños de la casa: De la cuna a la luna y El pollo Pepe.

Los imprescindiblesEl pequeño conejo Blanco, A que sabe la luna, Orejas de mariposa, La pequeña oruga glotona, La cebra Camila.

No olvidéis los niños se hacen lectores en el regazo de sus padres.

*Ruth Alfonso Arias

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