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La paradoja y el estilo
Columna
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Un sueño hecho realidad

Cuando ves de cerca a Corinna te das cuenta de que es como los Alpes, un desafío

Carlota Casiraghi en el Festival de Cannes, el pasado mayo.
Carlota Casiraghi en el Festival de Cannes, el pasado mayo. Anthony Ghnassia (Getty Images)
Boris Izaguirre

Nos ha sorprendido a todos el comunicado de los abogados de Carlota Casiraghi desmintiendo rotundamente la separación entre ella y el padre de su segundo hijo. Noticia, ahora falsa, de la que escribimos la semana pasada guiados por nuestra preocupación por Carlota y por Mónaco. Los hemos visto crecer, además ella me saludó de esa manera inolvidable aquella noche en el Thyssen, son muchas razones para que nos alegremos de que la separación era un rumor infundado.

Pero igual me preocupó la carta que le escribió el excomisario Villarejo al presidente Sánchez, reconociéndose ansioso por salir de prisión y amenazando con ocasionar la desestabilización “de las más altas instituciones del Estado”. Por un momento, Villarejo me recordó a Lex Luthor, ese malísimo archienemigo de Superman que poseía todas las cualidades entre la demencia y la lógica con las que Marvel envuelve a sus mejores malhechores. Pero también pensé en Pedro Sánchez, que ya tiene tanto lío y ahora tiene que agregar a Villarejo y su argumento de que todo lo que hizo, y ganó, fue por y para el país. “Siempre he pensado que un hombre no es un hombre si no defiende a su país”, escribe en un rapto casi napoleónico. Releyendo la misiva, Villarejo luce como el primero de los llamados presos vips que se muestra ofendido por su situación y se rebela. Esperemos que su ejemplo no cunda y la presidencia no se vea envuelta en una relación epistolar con Bárcenas, González, Rato, Urdangarin o Zaplana.

La diferencia de Villarejo con otros presos es ese archivo de más de un millón de notas sobre un número ignoto de personalidades. Imagino que estoy entre ellos porque si no me va a dar algo. Y aunque no le envidio lo de estar en prisión, sí que me habría gustado tener esa agenda tan prometedora y tan repleta de vips. ¡Eso es una agenda! Desde que el pequeño Nicolás hasta la princesa Corinna, todo por la patria. Lo que le falló a Villarejo, quizás por una educación machista, fue creer que la princesa Corinna, por ejemplo, no iba a ser más lista que él. Es que muchos hombres de su generación no pueden creer que una mujer guapa pueda estar a su altura. Cuando ves de muy cerca a Corinna, como me pasó a mí en el 2014 en Miami, te das cuenta de que es como los Alpes, un desafío. Bella. Fría. Peligrosa. Intuyes que lo que se queda entre sus valles solo se descubre con el deshielo.

El rey de Malasia, Mohamed V, en Kuala Lumpur, el pasado julio.
El rey de Malasia, Mohamed V, en Kuala Lumpur, el pasado julio. MOHD RASFAN (AFP/Getty Images)

Ahora todo está bien en Mónaco. Pero no así en Malasia, que también es una monarquía, pero rotatoria, y federal, de manera que cada cinco años se elige a un rey diferente para que todas las poblaciones del país estén representadas. Resulta una solución innovadora que podría estudiar José Antonio Zarzalejos. Es una monarquía electoral que, como todas las otras monarquías del mundo, funciona bastante bien hasta que el amor se interpone. El actual monarca, Mohamed V de Kelantan, se ha enamorado y casado con una modelo rusa, Oksana Voevodina, que ostenta el título de Miss Moscú 2015. Con ese título, ese matrimonio ha generado recelos y cierta amenaza sobre la feliz monarquía rotatoria. Por eso, finalmente, Mohamed abdicó la semana pasada, dos años antes de lo programado. Por supuesto se ha señalado a Oksana como la causante, porque la integración como reina de Malasia no cuajaba. Lo que se puede traducir en que mandaba mucho, un poco como le pasa a Meghan Markle. Imagino que al disponer de menos tiempo de reinado la integración debería haber sido más rápida. Pero no pudo ser.

Asumo estas noticias en la antigua ciudad de Pompeya. Un sueño hecho realidad, desde los ocho años quise pisar Pompeya. De ella me atrae todo: su perfecta urbanidad con gimnasios, termas y tiendas. Y también un lupanar donde se exhibían, como un catálogo, todas las posturas eróticas en oferta. Estaba allí, de pie, en lo que fuera su Ayuntamiento, rodeado de columnas rotas, pensando en Carlota, Villarejo y el Rey emérito cuando una hoja de The New York Times voló hacia mis pies. Informaba de que los estudios sobre los cantos de las ballenas se han vuelto más fiables y, por eso, es posible confirmar que las ballenas jorobadas cantan para seducir a su amante. Al analizar las grabaciones han descifrado su lenguaje. O sea, conversaciones. Antiguas y recientes conversaciones que ahora salen a la luz.

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