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Bebe: “Esta es la verdad: no vivimos en democracia”

La cantante, que ha estado cuatro años estudiando 'reggaeton', presenta canción y se muestra crítica con la sociedad actual

Almudena Ávalos
Bebe posa para ICON y nos dice: “El sexo es lo que me pone de mejor humor. Un buen sexo me lo quita todo, me coloca el pelo, me deja mejor piel”.
Bebe posa para ICON y nos dice: “El sexo es lo que me pone de mejor humor. Un buen sexo me lo quita todo, me coloca el pelo, me deja mejor piel”.Ximena & Sergio

Tiene 40 años, cuatro discos, un Grammy, un Goya, una hija llamada Candela (de ocho años), un marcado acento extremeño, unos ojos que expresan las emociones por las que cabalga y una cremallera invisible en la boca. Bebe ha conocido cada uno de los vértices de la palabra fama y sabe que todo lo que diga delante de una grabadora puede ser utilizado en su contra. Por eso tiene el freno de mano puesto en la lengua y prefiere hablar de amor que de actualidad y de sexo antes que de política, aunque acabe haciendo lo contrario. “El sexo es lo que me pone de mejor humor. Un buen sexo me lo quita todo, me coloca el pelo, me deja mejor piel”. Pero si le preguntas por lo que le sitúa en la antípodas del buen rollo afirma que “la gente cargante, lo políticamente correcto o la situación política de España. Pero procuro calmarme porque la vida es mejor con humor”.

Acaba de dar un giro a su carrera y se ha lanzado a la piscina del reggaeton con Corazón, una pegadiza canción colorista creada junto a Bull Nene y Tainy. “Hacer reguetón no es fácil, tiene sus reglas y yo he estado cuatro años estudiándolo”, afirma. “Hay quienes piensan que pueden hacer esa canción cuando van al baño. Pero da igual, porque también creen que el que canta no trabaja. Y yo, que tengo el estudio en casa, trabajo por las mañanas, por las tardes y los fines de semana”. Su dedicación evidencia la ilusión intacta de aquella chavala que salió de Badajoz a los 18 para instalarse en Madrid. “Sigo igual que cuando acababa de pasar las pruebas de arte dramático y quería volar. Yo hacía conciertos en bares de copas de Badajoz y en cuanto llegué a Madrid empecé a tocar sola con la guitarra”.

“Esto es la puta verdad de lo que tenemos hoy. No vivimos en democracia sino en una dictadura disfrazada de democracia. Y así nos va, que vamos a explotar”

Con su primer disco, Pafuera telarañas, vendió casi un millón de ejemplares en 2004. Y su tema Malo, una canción sobre el maltrato, se convirtió en un himno mundial que le valió el Grammy Latino al Artista Revelación. Recuerda bien esa gala porque intentaron censurarla. En la canción dice "puta" y le avisaron de que le pondrían un pitido. Al final silenciaron su micro, pero no el de su guitarrista, que dijo "puta" y sorteó la censura.

Malo habla de eso y cuando canto ‘cada vez que me dices puta tu cerebro se hace más pequeño’, no se puede disfrazar ni camuflar. Pero me parece más salvaje que en OT quisieran quitar mariconez de la canción de Mecano. Nos estamos radicalizando mucho. La gente está muy sensible, no sabemos a qué, pero con muchas ganas de juzgarlo todo”, explica.

“No hay nada más revolucionario hoy en día que ser uno mismo todo el rato. Yo me mido mucho para hablar. He ido perdiendo libertad y ya solo hablo en pétit comité. Así guardo mi privacidad”. Comenzó a construir esta coraza en 2011, cuando insultó a la prensa en la presentación de su disco en la sala El Sol de Madrid (les dijo "que os follen", "hijos de puta"...) y se le echó todo el mundo encima. “Fue el peor momento de mi carrera. A mí me da igual lo que digan de mí, pero a mis hermanos les hace daño y la gente es muy cruel. Me gustaría ver a más de uno en mi piel porque desde el anonimato es fácil insultar. En Instagram ya ni les bloqueo. Les dejo que suelten, que se laven la boca con jabón y duerman relajados. Pero que tengan cuidado porque si se pasan de listos pueden tener un problema legal. Si no me contuviera, me iba a tener miedo más de uno”, dice con tono amenazante. “Lo de la sala El Sol sucedió porque yo era mujer. Si hubiera sido Albert Pla u otro tío, no hubiera pasado”, apostilla.

"En Instagram ya ni les bloqueo [a los 'haters']. Les dejo que suelten, que se laven la boca con jabón y duerman relajados. Pero que tengan cuidado porque si se pasan de listos pueden tener un problema legal"

Ahora es feliz viviendo en la sierra “con el silencio, mis árboles y escuchando el río cuando llueve. Hoy he descubierto al maravilloso filósofo Jean d’Ormesson. Es el inventor de la palabra ineptocracia”. Saca el móvil y muestra la definición: “Describe la democracia actual como un sistema de gobierno en el que los menos preparados para gobernar son elegidos por los menos preparados para producir (…)”. “Esto es la puta verdad de lo que tenemos hoy. No vivimos en democracia sino en una dictadura disfrazada de democracia. Y así nos va, que vamos a explotar”. Y eso que Bebe no quería mojarse.

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