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La relación entre Christina Rosenvinge y El Cordobés es un poema

La cantante admite que se ha inspirado en el torero para componer su nuevo disco

A la izquierda, Christina Rosenvinge actuando durante el Primavera Sound 2015. A la derecha, Manuel Díaz 'El Cordobés' después de una corrida.
A la izquierda, Christina Rosenvinge actuando durante el Primavera Sound 2015. A la derecha, Manuel Díaz 'El Cordobés' después de una corrida.Getty

Christina Rosenvinge (1964, Madrid) estaba en su casa madrileña tirada en el sofá, procrastinando –forma fina de decir holgazanear–. Tenía la televisión encendida. Y algo le llamó la atención. El torero Manuel Díaz El Cordobés (Madrid, 1968) aparecía en esos momentos en todos los canales. Salía del juzgado y estaba feliz. Después de toda una vida luchando para que Manuel Benítez El Cordobés (Córdoba, 1936) le reconociera legítimamente como su hijo, la justicia acababa de ratificar el lazo sanguíneo. Y Rosenvinge, una madre de dos hijos (fruto de su relación con el escritor Ray Loriga) que estaba disfrutando del privilegio que supone dejar pasar el tiempo en el sofá, se dio de bruces con la inspiración. Encontró en el torero a su muso.

"Soy un hombre que pese a haber tenido un padre de humo, va a conseguir que sus hijos tengan un abuelo de verdad", dijo en ese momento Manuel Díaz ante un aluvión de periodistas. Esta frase se le quedó grabada a la cantante de origen danés. "Cuando vi esa escena pensé que ahí había una canción. Este hombre ha pasado toda su vida poniéndose delante de un toro para que su padre le reconozca. Me parece un acto tan bonito y tan poético que me inspiró una canción", explicó la intérprete a Pablo González Batista en el programa de la Cadena Ser Hoy por hoy. "Él no lo sabe, pero ha sido mi muso. Es un poeta", añadió la cantante.

"Soy un hombre que pese a haber tenido un padre de humo, va a conseguir que sus hijos tengan un abuelo de verdad", dijo El Cordobés y Rosenvinge se conmovió

La canción en cuestión es Pesa la palabra, uno de los nueve temas que forman su nuevo disco, Un hombre rubio, que acaba de publicarse. "Me puse en el lugar de los hijos que sienten el no reconocimiento de sus padres o que tienen padres que no son capaces de entregarles el amor que necesitan", comentó la artista.

La canción tiene una cadencia lenta con el piano como instrumento en primer plano. En el texto, Rosenvinge se pone en la piel de Manuel Díaz, que tiene tres hijos [una hija, fruto de su primer matrimonio con Vicky Martín Berrocal, y un niño y una niña junto a su actual esposa Virginia Troconis] y canta: "De mí heredaste la buena planta./ Parecerte en algo más te espanta./ Aparta el humo, bajo la piedra./ Hay un hombre que se quiebra en el silencio". Y continúa: "Si de tal palo, hay tal astilla./ Hay algo puro en mi semilla./ Y tu pelaje, y tu persona./ Es la única corona en mi silencio". Para terminar con desgarro: "Pasas, tocas la puerta./ A ver si ahora soy capaz de darte lo que no está en mí./ En silencio, pesa la palabra./ Que no sé decir".

En su noveno trabajo discográfico en solitario, Christina Rosenvinge hace el ejercicio de mostrar diferentes tipos de masculinidad que van más allá de los encorsetamientos sociales que oprimen a los hombres.

"Un hombre no nace machista, te lo aseguro", explicó Christina Rosenvinge en Hoy por hoy. El objetivo de Un hombre rubio no es otro que derribar mitos, como que los hombres son menos complejos emocionalmente que las mujeres. "No creo que sea verdad, es solo otra consecuencia de la armadura machista que tiene nuestra sociedad. En paralelo al empoderamiento de las mujeres tiene que haber una reacción del hombre contra su propia imagen", comenta la cantante, que en su nuevo trabajo ha hecho el esfuerzo de meterse incluso en la piel de las masculinidades más rancias.

Audio con la canción 'Pesa la palabra' inspirada en Manuel Díaz 'El Cordobés'.

Los padres de la cantante descubrieron España durante su luna de miel y, enamorados del cante jondo y de la cultura ibérica, decidieron abandonar su Dinamarca natal para instalarse en Madrid. "Mis padres fueron unos emigrantes románticos. Por sus venas solo corría sangre nórdica, pero fue llegar a España y no poder dejarla", confesó Rosenvinge en otro programa, Las mañana de RNE.

Un hombre rubio es ante todo un homenaje a su padre y a las dificultades que tuvo para entenderle, las mismas que la llevaron a tirar del hilo e indagar en el concepto de masculinidad. "Quería hablar de la relación con nuestros padres. Los hijos somos revanchistas y egoístas, pero hay un momento en la vida en que ya no ves a tu padre como tu padre, sino como a un igual. Es ahí cuando eres capaz de entenderle y darle las gracias", dice. "Mi padre y yo no nos entendíamos. Colisionábamos ideológicamente. Era un hombre muy tradicional. Y murió antes de que yo hubiera podido comprenderle", añade.

El padre de Rosenvinge falleció cuando ella tenía 26 años. Murió alejado de sus padres, hermanos y primos daneses. Ninguno de sus familiares viajó desde Dinamarca para el entierro. Si que lo hicieron, sin embargo, varias familias de gitanos con las que a lo largo de los años había entablado una misteriosa amistad de la que Christina apenas sabía nada. "Yo no sabía cuando se veían, pero cuando mi padre murió todos aparecieron en el velatorio vestidos de negro muy elegantes y se sentaron enfrente de nosotros. Ellos de negro de arriba abajo y nosotros súper blancos y rubios. Fue un homenaje muy hermoso. La vida de mi padre era un romance flamenco”, recuerda la cantante.

Momento en el que El Cordobés sale del juzgado y dice la famosa frase que emocionó a Christina Rosenvinge.

Su último trabajo es también fruto del deseo de cumplir un sueño, el de ser crooner, y de una conversación con Loquillo, a quién dijo que le vendría bien que una mujer le escribiera canciones. "Empecé este experimento pensando en componer una balada para Loquillo, pero luego pensé: 'Para crooner, yo", sentencia.

Según la RAE, una mujer también es un hombre ("ser animado racional, varón o mujer"). Rosenvinge se valió de esta definición para explorar su propia masculinidad, además de otras ajenas. Escuchar voces como la de Loquillo o Bunbury ayudaron a Rosenvinge a explorar sus registros más masculinos. "En el álbum, dentro de mis posibilidades, he masculinizado incluso mi voz", reconoce.

Su padre, Loquillo, Bunbury, los crooner... y El Cordobés. Todos hombres, todas fuentes de inspiración para una mujer.

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