Cómplices del autoritarismo
El G20 ha terminado. Si fue una victoria o una derrota, no me atrevería a determinarlo. Hay muchas conjeturas relevantes en la subjetividad del documento final. Sin embargo, hay algo que desapruebo tajantemente: ¿cómo es posible que en 2020 la cumbre se celebre en Arabia Saudí? ¿Acaso se le ha olvidado a la comunidad internacional la tragedia humanitaria de proporciones colosales que ha creado el Gobierno saudí en Yemen? ¿El caso Khashoggi no significa nada?
Para mí, aceptar el autoritarismo siempre será no hacer nada frente a él, no alzar la voz frente la injusticia. Hay manera de exonerar de este pensamiento a las personas que están expuestas al peligro si se manifiestan en contra de sus opresores. Pero no hay forma de exonerar a quienes, como el conjunto de los líderes que conforman el G20, tienen herramientas para detener o por lo menos condenar la violación de los derechos humanos y no lo hacen.
Acepten acudir a la futura cumbre, y habrán apoyado la conducta de la Monarquía saudí.
Belén Bernabé Muñoz
Lima (Perú)
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