150 metros cuadrados metidos en 70
En la era de los pisos compactos, Enorme estudio consigue encajar las prestaciones y la sensación de amplitud espacial de una vivienda de 150 metros cuadrados en un apartamento de 70
Cada cosa en su lugar. Gerardo y Pilar pasaron de compartir un piso de 150 metros con su hijo a trasladarse a uno de menos de la mitad, de 70, cuando el chico abandonó la casa familiar. Su deseo era volver a construir su casa de nuevo como pareja sin perder la calidad espacial que habían disfrutado, pero teniendo que cuidar y mantener muchos menos metros. Enorme estudio ideó una fórmula para conseguir lo que parecía un problema de física de imposible solución.
Partieron de un apartamento, de planta longitudinal, en el bajo de un bloque de pisos madrileño. Era un piso poco luminoso, solo una de las fachadas más cortas tenía acceso a la fachada y, por lo tanto, luz natural.
Hicieron una lista de necesidades: dos habitaciones —por si su hijo regresaba en algún momento y ansiaban la amplitud visual de la que habían disfrutado.
Los arquitectos de Enorme estudio propusieron intervenir con dos muebles-contenedor capaces de absorber muchos usos. Ese elemento permite ocultar las camas, la mesa del comedor, las sillas y los escritorios cuando no están en uso. Con esos tabiques-contenedor montados sobre un eje giratorio, el piso puede ser una vivienda tradicional de dos habitaciones, un apartamento más recogido para ellos dos o un espacio para fiestas de más de 50 metros cuadrados.
La clave de esta casa-puzle son esas dos paredes-almacén y el orden: cada cosa tiene un sitio. Y casi todo desplegable, se baja y sube, se desdobla, se mueve. Los arquitectos apuntan que uno puede cerrar la tapa del portátil y regresar al trabajo que estaba haciendo cuando lo vuelve a abrir, esta casa permite detenerse y continuar en el punto en el que uno dejó las cosas. Así, la mesa tiene una versión pequeña, para el desayuno, y una mayor, cuando hay invitados. Todo está escondido y aparece cuando se necesita. Ya no solo se oculta la ropa, los enseres o el televisor o la tabla de planchar, hasta los espejos aparecen y desaparecen en esta casa cuando sus usuarios los necesitan. Por eso las matemáticas les salen a Enorme estudio a partir de los cambios físicos: 70 metros pueden vivirse como 150 cuando, más allá del espacio, se altera la dimensión tiempo: no se utilizan todas las estancias de una casa a la vez. Esta vivienda para dos habitantes despliega lo que se necesita en cada momento.
Dos habitaciones, múltiples estancias. Esta casa apunta ideas para trabajar la densidad urbana y valorar cada metro cuadrado como lo que es: oro para el usuario.
Precio por metro cuadrado, según arquitectos: 1.000 euros
Babelia
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