Tratar el origen
Cuando un paciente tiene una enfermedad incipiente, necesita un tratamiento focalizado en tratar el origen y a la vez los síntomas. Lo mismo ocurre en el caso de países con problemas económicos. Nos centramos en mandar comida, agua, medicamentos, etcétera. Es decir, nos encargamos de los síntomas provocados por un problema en dicho país. Toda la ayuda que mandemos hace un bien inimaginable; no obstante, deberíamos centrarnos en el origen del problema y tratarlo hasta alcanzar una solución. Averiguar qué es lo que no funciona correctamente y modificarlo. Esta labor podría realizarse por otros países dispuestos a ayudar y tomar decisiones. Insisto: debemos tratar los síntomas, pero también el origen de los problemas.
Belén Gómez. Sevilla
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