La inclusión social, asignatura pendiente
Debemos aceptar que, si bien cada vez son más las empresas que se suman a este tipo de acciones de responsabilidad social, el camino no ha hecho nada más que empezar. Los avances son fruto de proyectos, convenios de colaboración y programas de inserción. Hay fundaciones y organismos que respaldan la inclusión en el mercado laboral de personas con alguna discapacidad o en riesgo de exclusión social; sin ellas es muy difícil que una empresa, da igual el tamaño, dé ese paso de confianza de incluir en su plantilla a estos colectivos; y estos trabajadores, por su parte, ven en estos programas la oportunidad de demostrar su capacidad, su formación y las aptitudes que poseen para desenvolverse a nivel laboral.
Fiorella Fuentes
Zaragoza
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